ÍNDICE

    La LEY del Matrimonio                               
    La Amistad                                 
    El ayuno                       
    El Cántico de los Cánticos                                       
    El Reino de los cielos                          
    La Alegría                                  
    La amistad entre David y Jonatan
    La fidelidad
    La Libertad
    La Paciencia
    Los discípulos de Emaús
    Marta y María
   No robar los bienes ajenos
   Cómo orar
   Los libros Sapienciales
   La Vocación

 

 LA LEY DEL MATRIMONIO

                   Es un tema en el que se trabaja, pero que en realidad nadie da respuestas concluyentes. En primer lugar le envío un sencillo trabajo sobre el Matrimonio, y añado unas reflexiones sacadas de un escrito que llegó a mis manos y que creo puede interesarle para sacar algunas conclusiones.

 

                                   EL MATRIMONIO 

                   Si abrimos la Biblia, nos encontramos con el Libro del Génesis, cuyos primeros capítulos nos hablan de la “historia de los orígenes”, presentándonos esquemáticamente la historia de la humanidad sobre un tema básico, donde se afirma sencillamente que el origen de la materia lo mismo que el de la vida está en Dios.
                  
En ambos capítulos (Ge. 1 y 2), casi al final se hallan unos versículos que hacen referencia a la creación del hombre y de la mujer.

       
“Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”, sobre todo a “su inteligencia y voluntad, y cierta participación en el poder creador” (1, 28-30)
        
Los creó: hombre y mujer, con lo cual nos quiso decir que: ambos tiene un mismo origen y son de  una misma condición, ninguno de los dos es superior al otro.
En Ge. 2, 18, encontramos ya, más propiamente  la institución  del matrimonio . Dios dijo:  “no es bueno que el hombre esté solo, voy a hacerle una AYUDA SEMEJANTE A ÉL”.

       
El hombre al verla exclamó:  “Esta sí, que es hueso de mis huesos y carne de mi carne”  Ge. 2, 23-24    por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su mujer, y serán UNA SOLA CARNE” Dios los bendijo y les dijo: “Creced y multiplicaos”.
                  
El matrimonio y la familia, pues, son instituciones queridas por Dios. Son una misión sagrada confiada a la energía creadora de los hombres.
                  
A lo largo de la Biblia encontramos, sin embargo,  los diferentes  avatares por donde ha discurrido el matrimonio a través de los tiempos, según las épocas y las costumbres.

    
Los textos del A.T. están fuertemente marcados por una mentalidad, en la que el bien de la comunidad se antepone al del individuo:Casan a los hijos sin consultarlos   (Ge. 24, 2;  29, 23...) Se excluyen ciertos matrimonios en el interior de la parentela (Lev. 18, 6-19) Hay uniones regidas por la necesidad de perpetuar la raza.....
   
A pesar de ello, la espontaneidad del amor  es muy viva:  Gn. 24, 62-67. se encuentran hogares unidos por un profundo amor  I Sm. 1, 8.  Fidelidad más allá de la muerte Jt. 16, 22
                  
Aunque se pagaba un dote o se compraba, la mujer  no es sencillamente una mercancía. Se muestra capaz de asumir responsabilidades y de contribuir  a la reputación del marido.  Así  Pr. 31, 10-31, es un hermoso poema, que describe a la mujer perfecta.  Y el libro del Cantar e los Cantares nos presenta el amor de dos esposos libres en un diálogo apasionado. Ct.1, 12: 6, 4;  8, 4...
     
Existe, también el divorcio. Por cualquier “motivo” el marido puede dar a la esposa un documento de repudio. Jesús en los Evangelios nos da la razón por la que Moisés estableció la Ley del divorcio.  (Mt. 19, 2ss.)
                  
La poligamia nace del ideal de la fecundidad y de la preocupación por tener una familia poderosa. De ahí la costumbre de tener dos esposas o tomar varias concubinas. Así aparecen los harenes, en los que el verdadero amor es imposible. (Est. 2, 12-17).
      
Pero tampoco es raro encontrar el amor verdadero. Los libros Sapienciales  evocan los goces y las dificultades de los hogares monógamos.
      
En los Profetas se encuentran bellas imágenes del amor entrañable de Dios con su pueblo, a  ejemplo del amor conyugal entre esposos.  (Is. cc  40-55)
   
Oseas es el primero que hace servir la imagen del matrimonio para explicar las relaciones de Dios  y el pueblo. También la retoman Jeremías, Ezequiel y el autor del segundo Isaías. En el N. T., la imagen nupcial simbolizará, además , la unión de Jesucristo con la Iglesia. 

                   En la época del N. T. La monogamia  será la regla  corriente de los matrimonios judíos. Las causas de los divorcios no están bien precisadas.  Después del Exilio, los sabios ensalzan la fidelidad  y hacen elogio de la estabilidad conyugal  Pr. 5, 15;  Ecli.36, 25.
                  
Si pasamos a los Evangelios, nos encontramos con el relato de las Bodas de Caná, a las que asistió Jesús y en ellas hizo su primer milagro, simplemente para sacar a los novios de un aprieto. (Jn. 2, 1-11) Otras veces emplea la imagen de la boda para explicar algunas parábolas.

        
En Mt. 19, 2-12, Jesús presentó su pensamiento sobre el matrimonio con motivo de una pregunta de los fariseos. En su respuesta, Jesús, prohíbe el divorcio, toma una posición absoluta y sin apelación. La razón está en que la venida de Cristo ha declarado caducado el texto de la Ley de Moisés,  redactado por  razón de la dureza de corazón de los hebreos.
        
También San Pablo nos detalla los deberes de los esposos en Ef. 5, 21-32, teniendo en cuenta las “costumbres de su tiempo”,  Hoy día tendríamos que matizar y tomar como modelo el amor de Cristo para con la Iglesia, es decir, para con la humanidad, por la que, por AMOR,  ha dado su VIDA.
                  
Resumiendo, diremos que el matrimonio no es ,en ningún caso, una institución puramente humana, sino que obedece al designio creador de Dios: “Dios mismo es el creador del matrimonio”. Es decir, el matrimonio es una realidad enmarcada en el orden de la creación.

        
Dios ha creado el hombre y la mujer y los ha llamado al amor, de tal manera, que “el amor mutuo entre ellos se convierte en imagen del amor absoluto con que Dios ama al hombre”.
        
Por su misma naturaleza, el matrimonio es “una íntima comunidad de vida y de amor que tiene sus leyes y características propias: exige la UNIDAD y la INDISOLUBILIDAD”, y está ordenado  al bien de los esposos, así como también al de la procreación y a la educación de los hijos.
            
Jesucristo no ha instituido un “matrimonio nuevo”, sino que “la alianza matrimonial fue elevada por Cristo a la dignidad de Sacramento entre bautizados”
        
Sacramento que significa: signo eficaz de la alianza de Cristo y de la Iglesia; signo y comunicación de la gracia, la cual perfecciona el amor humano de los esposos, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna.
        
Entre los bautizados no se puede separar la realidad “natural” del contrato, y la realidad “sobrenatural” del sacramento. Lo que el sacramento eleva es, precisamente, esta misma realidad de orden natural.
        
Solo son válidos los matrimonios celebrados delante del ordinario del lugar o de un sacerdote o diácono delegado,  que “presiden”, y ante dos testigos.
        
Cuando un católico contrae matrimonio solamente de forma civil, la Iglesia lo considera inexistente, como si no se hubiese celebrado. A los ojos de Dios y de la Iglesia continúan solteros.
        
Un católico, aunque no sea ejemplar en su vida, ni tenga mucha fe personal , tiene derecho a contraer matrimonio. 

                                      SALMO  128    (127)
                     
Feliz el que teme el Señor

                  
y camina por sus caminos.
                   
Comerás del trabajo de tus manos, 

                  
serás feliz y todo te irá bien.
                  
Tu mujer será una vid fecunda
                  
en el interior de tu casa,
                  
Tus hijos renuevos de olivo
                   
en torno de tu mesa.
                  
Así será bendecido 

                  
el que teme al Señor:
                 
“Que el Señor te bendiga desde Sión”

                  
Y puedas ver los hijos de tus hijos.
    

                                            ************* 

                   Y ahora  unos apuntes, para que pueda sacar conclusiones. 

            Sacados de un libro de Elizabeth Marquardt “Entre dos mundos: las vidas íntimas de los hijos del divorcio”. Y de un comentario: “El declive de las familias con un padre y una madre”.

    Mientras se redefine  la paternidad , los hijos pasan a un segundo plano.  En un informe se registra que las tendencias mundiales en la legislación y en las tecnologías reproductivas están redefiniendo la paternidad de forma que se piensa antes en el interés de los adultos que en las necesidades de los hijos.

                   El modelo de paternidad de dos personas, padre y madre, indica, “se está cambiando para adecuarse a los derechos de los adultos, en vez de las necesidades de los hijos a conocer  a sus padres y ser criados, en la medida de lo posible, por un padre y una madre”.

                   La revolución en la paternidad descrita en la publicación comprende varios temas: altos índices de divorcio; niños criados por un solo progenitor, el uso creciente de óvulos y esperma de donantes; el apoyo al matrimonio del mismo sexo...   Las estructuras familiares son también cruciales para los niños. Los estudios sobre las vidas de los hijos del divorcio muestran las consecuencias negativas para ellos, no consideradas suficientemente cuando se introdujo el divorcio libre. 

                   Francia es una de los pocos países que resisten las acometidas para cambiar la legislación familiar. Un informe parlamentario sobre la familia, indicaba que “el deseo de un hijo parece haberse convertido en el derecho a un hijo”. También recomendaba no legalizar el matrimonio del mismo sexo. 

                   Todos estos cambios tendrán consecuencias de gran envergadura para la familia, los niños y la sociedad.  “Aquellos de nosotros que estamos preocupados” , concluye el informe, “podemos y debemos suscitar y llevar adelante un debate sobre las vidas de los hijos y el futuro de la paternidad”.

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 LA AMISTAD

     El término “AMISTAD” ha sido interpretado de muchas maneras desde la antigüedad hasta nuestros días, como un tema vital   Cicerón tiene un tratado sobre la Amistad, en la que recoge la influencia de Ecli. 9, 10
                  
La amistad verdadera viene definida en Pro. 17,17 y en Ecli. 6,15: “El amigo fiel no tiene precio”, “porque ama en todo tiempo” Ecli. 6, 14-17
                  
Es interesante recordar la amistad entre David i Jonatán  1Sm.18,1-4; que duró durante la prueba 1Sm.19, 1-7; hasta la muerte 2Sm.1,25.26; y sobrevivió en el recuerdo 2Sm.9,1
                  
Hay también amistades ilusorias que son fuente de decepciones Job. 6, 15-23, o pueden arrastrar al mal Ecli. 12, 8. Por eso hay que ser prudente al elegir un amigo y proceder con lucidez. Pro. 17, 9; Ecli. 6, 6-7. 10; 19, 8; 20, 23; 37, 1. 6.....
                  
Ahora bien, la amistad hay que cultivarla y conservarla:  Ecli. 22, 20:; 27, 16-21.
                  
La verdadera amistad se alimenta del temor de Dios  Ecli. 6, 16-17. Y el temor de Dios” es la sabiduría del que obra el bien. El modelo de la verdadera amistad es la que sella Dios con el hombre:  Ex. 33, 11  “Moisés hablaba con Yahvé como habla un hombre con su amigo...”
                  
Y al enviarnos a su Hijo se mostró amigo de los hombres:  “Dios manifestó su amistad y benignidad para con los hombres, cuando nos salvó...”  Jesús dio  a la amistad un rostro de carne :Ti. 3, 4; Mc.10, 21; Jn. 11, 3;    Jn. 15, 15
                  
El modelo del verdadero amigo de Jesús es”el discípulo amado”  Jn. 19,26, estuvo al pie de la Cruz y a quien Jesús confió  a su Madre.
                  
Cicerón dice:  La amistad no puede existir si no es entre personas buenas. El círculo de la amistad es muy reducido, es compartida entre dos personas o entre unos pocos individuos. La amistad no es otra cosa que la armonía entre todas las cosas, tanto divinas como humanas, acompañada de bondad y de amor. La amistad no puede existir sin la virtud (cf. “De amicitia”,  de Marco Tulio Cicerón) 

                   En Cristo no solo se nos revela la amistad de Dios para con los hombres, sino también en el plano humano, la vida como una amistad a base de AMOR.                            

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 EL AYUNO

                   Hoy día incluso los cristianos apenas si aprecian el ayuno, que consiste en privarse de todo alimento uno o varios días., dicho de otra manera “mortificar el cuerpo”  Actualmente, ayunar consiste en hacer una comida normal al mediodía, pero por la mañana y por la noche tomarse sólo un pequeño  refrigerio.

                   Los historiadores de las religiones descubren en todas partes: por motivos de ascesis, de purificación, de luto, de súplica, que el ayuno ocupa un puesto importante en los ritos religiosos.  En el Islam, por ejemplo, es el medio por excelencia de experimentar la trascendencia divina.
                  
La Biblia precisa el sentido del ayuno y regula su práctica. Con la oración y la limosna el ayuno es una de los actos esenciales que traducen delante de Dios la humildad, la esperanza y el amor del hombre.  (Lv. 16, 29-34)
        
El ayuno no es una hazaña ascética, no tiende a procurar algún estado de exaltación psicológica. En clima bíblico es un gesto religioso. II Sm. 12, 16ss.
        
El que ayuna se vuelve hacia el Señor, se pone en sus manos:  Esd.8.21; Dn. 9, 3. Antes de emprender una misión difícil  Jue. 20, 26; Est. 4, 16. Para implorar el perdón de una culpa, I Re.21, 27. En señal de luto o por una desgracia, II Sm. 1, 12, o para escuchar palabras de gracia. Zc. 8, 19...
                  
Las ocasiones  son variadas, pero en todos los casos se trata  de situarse con fe en actitud de humildad a la presencia de Dios. Con esta intención profunda ayunaron Moisés,  (Ex. 34, 28) y Elías al Horeb.
                  
Pero la práctica del ayuno llevaba consigo ciertos riesgos. Los profetas lucharon para que la práctica fuera sincera y llevara a la conversión.   Is. 58, 3-6. Evitar el riesgo de formalismo, Am. 5, 21,  soberbia u ostentación  Mt. 6, !6.  Jesús se mueve en la misma línea.
                  
La Liturgia judía  conocía el “gran ayuno” ,el día de la expiación  Lv. 23, 39, y los judíos piadosos ayunaban por devoción personal  Lc. 2, 37. Jesús no prescribe nada semejante, no porque lo desprecie, sino para consumarla  Mc. 2, 18ss., y en algunos puntos invita a superarla  Mt.5, 17ss;  6, 1.

         El ayuno que agrada a Dios va unido al amor al prójimo y trabajar por la justicia. Como hemos dicho es inseparable de la oración y de la limosna.
                  
La Iglesia apostólica conserva las costumbres de los judíos en materia de ayuno.  Ac.13, 2ss;  14, 23; II Co. 6, 5
                 
Hoy día la Iglesia propone solamente dos ayunos el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo,  los dos con la intención de que reconozcamos que somos pecadores y que estamos necesitados de la misericordia de Dios, a la vez que la Iglesia pide que demos el fruto de nuestra privación a los pobres o necesitados. Y también para unirnos al amor de Cristo que se entrega a la muerte, precisamente para que nosotros obtengamos la remisión de los pecados. Mt. 26, 27-28; Lc. 22, 15ss; Mc. 14, 22-26, 1 Co. 11, 23-25...                   También se habla en nuestros días de “Huelga de hambre”, es el ayuno, un dejarse morir, practicado por alguien a fin de obtener políticamente, algo personal o de carácter “público”, pero no siempre se consigue lo esperado. 

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     EL  CANTAR DE LOS CANTARES

                   Hay que considerar todos los cantos bíblicos como religiosos, ya que la religión de Israel penetraba íntegramente la vida y la literatura del pueblo escogido, de manera que no puede establecerse una definición precisa entre sagrado y profano. Sea como sea y cual sea su procedencia el Cántico posee u  valor religioso.

                   El Cantar de los Cantares está formado por una colección de poemas de amor.  Su título refleja una de las formas del superlativo hebreo, y significa: “el más bello, el mejor de los cánticos”, el cántico por excelencia.  Hipólito, es el primero de los Padres de la Iglesia  que comenta el Cantar y lo relaciona con el “Santo Sanctorum”. Y escribe: “Feliz el que entra en el Santo (el Templo), pero mucho más feliz el que entra en el Santo Sanctorum (la parte más alta del Templo de Jerusalén ) Así también, feliz el que comprende los Cánticos (de la Biblia) y los canta, pero es mucho más feliz el que canta el Cantar de los Cantares”.

         Su texto es muy breve y uno de los más cortos de la Biblia, pero es el que ha sido más comentado de la Sagrada Escritura y uno de los más controvertidos.         No se puede afirmar que sea de Salomón, pero sí que sea de la época de esplendor de la monarquía. Es en este período cuando la literatura de Israel se relaciona con las literaturas de los pueblos vecinos, y aún que el Cántico conserva una gran independencia , no deja de tener cierta relación con la literatura extra-bíblica.
        
Parece ser que estos cantos de amor habrían pasado de los círculos privilegiados de los reyes y de los cortesanos (s.V-IV aC) al uso popular como cantos de bodas.  Probablemente es contemporáneo del Libro de los Proverbios y de muchos Salmos. En la época post-exílica el texto de la Biblia pasa de oral a su forma definitiva. La lengua del Libro del Cantar de los Cantares parece ser un hebreo tardío, aproximadamente del s. III aC. 

                   De los comentarios más leídos, entresacamos algunos:  En el s. V la escuela naturalista, profana,  ve en el Cantar el “eros” entre un hombre y una mujer, en términos, que, aún que poéticos no dejan de ser realistas y en algún momento con un carácter erótico muy marcado.
        
Una interpretación literal sólo ve el amor entre hombre y mujer, sin ser profano. Un canto al amor humano como el más bello DON del Creador al corazón del hombre y de la mujer. También la interpreta como un eco y un comentario  de Ge. 2,23-25, una exaltación del amor humano tal como Dios lo quiso al principio de la Creación: fuerte e inocente,  y a su vez,  como tendría que ser el amor de los esposos fieles a Dios, y como expresión del Amor del mismo Dios.
        
Un buen nombre de autores místicos han visto en el Cantar el AMOR entre Dios y el hombre, así como también algunos comentaristas eclesiales lo interpretan en función de Cristo y de su esposa la Iglesia “sin mácula ni arruga”. 

                   El Diccionario Bíblico de Monloubou nos dice: “El Libro del Cantar de los Cantares pareció digno de ser puesto entre los libros de la Biblia por expresar la belleza  del amor, ser testimonio del amor humano en su abertura al amor divino, y por la riqueza de la relación personal que lo configura” 
                  
En el Diccionario Teológico Enciclopédico podemos leer el siguiente comentario: “El Cantar se convierte en una alegoría historificada, en el sentido de que las peripecias del esposo, Yahvé, y de la esposa, Israel, se captan en el desarrollo del pueblo hebreo, especialmente en el destierro.  Hay una estrecha  relación entre la interpretación alegórica judía i la interpretación alegórica patrística, que comienza con Hipólito (200 dC) El esposo es ahora Cristo i la esposa la Iglesia".
                  
El Cantar celebra el fuego y la fruición del amor. Lo que canta no es un amor “puro”, si es que  con este adjetivo se quiere definir un amor simplemente espiritual. El amor que celebra el Cantar tampoco es un amor desencarnado, sin relación alguna con el cuerpo, con el sexo,  con el “eros”, ya que celebra el amor humano, el amor profundo.

         La inserción de este Libro en el canon bíblico tiene su propia intencionalidad.  Inteligentemente, el último redactor de esta obra omite el nombre de Dios, para que quede  bien claro, en un terreno tan oscuro, enigmático y ambiguo, que Dios es Dios y el hombre es hombre y solamente hombre. 
        
Esta es la teología  de la ternura que salva la trascendencia de Dios, y proclama su HUMANIDAD
.
          
Vale la pena tener en cuenta que, a pesar de que el Cantar exprese el amor de la manera más libre, esto no ha podido impedir  que Israel considerase este Libro como el más santo de sus Libros. El mismo Rabí Aqiba escribía en el s.II : “Todos los Libros de la Biblia son santos, pero el Cantar es Sacrosanto”
 

                   Los cristianos pueden sacar muy buenas lecciones de este Libro sobre la historia de Israel. El Cantar es el drama del pecado, del arrepentimiento, de la conversión y de la búsqueda, nunca acabada, que se presenta bajo el simbolismo  de las peripecias conyugales de Israel y Yahvé.  El pecado rompe los lazos del amor. El arrepentimiento devuelve las relaciones de intimidad con Dios. La justificación, el perdón, es un don gratuito. El retorno a la gracia,  un  gozo inmenso.
                  
Dios continua enviando, a todos los que tienen sed de la Palabra de Amor y de Vida de Dios, esta CARTA dirigida un día a su novia Israel.

        
Una carta de amor en la que su inspiración de poeta, de pintor, de músico, hace hablar toda la Creación: plantas, flores, animales,... de su AMOR de esposo a su Pueblo, la IGLESIA, así como también a cada uno de nosotros , sus HIJOS 

                              “QUE VUESTRO AMOR PERDURE EN NOSOTROS ,                                            ÉSTA ES NUESTRA ESPERANZA”

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        EL REINO DE LOS CIELOS

              Usaré las mismas palabras que Jesús empleó para hablar del Reino de Dios o Reino de los Cielos a los hombres de su tiempo. Lo llamaban Reino de los Cielos, porque los judíos, por respeto al mismo Dios, no se atrevían a pronunciar su nombre. 

              Al principio del Evangelio de Mateo, encontramos  a Jesús diciendo que el Reino de los Cielos ya ha llegado. Es  precisamente la presencia visible de Jesús con sus obras poderosas y sus palabras, que el Reino de los Cielos hace irrupción en el mundo.
        
“Si yo saco los demonios”,  (es decir, doy la libertad a los esclavos del vicio y del mal, es que el Reino está aquí).  Esto decía Jesús.
             
El Reino de los Cielos lo encuentran : Quienes pueden identificar-se con las Bienaventuranzas, es decir:
        
Los pobres en el espíritu. Los que tienen hambre y sed de justicia. Los pacificadores.  Los que buscan cumplir la voluntad de Dios. Los que creen que Jesús es el Hijo de Dios.  También,  los que ponen en práctica las obras de misericordia. Ayudan a  los pobres, a los que pasan hambre o tienen alguna necesidad. Los que cuidan o visitan enfermos.  Etc. Etc.   En fin, todos los que, de una manera u otra prolongan aquí en la tierra las obras de Jesús.  Estos están CONSTRUYENDO el Reino de los Cielos. 

          Jesús también  enseñó por medio de parábolas, cómo podemos construir el Reino de Dios o Reino de los Cielos. 

                El buen samaritano  (Lc.10,30-37)  PRACTICAR LA CARIDAD
               
Los dos hijos  (Mt. 21,28-51) CUMPLIR  la voluntad de Dios.
               
El hijo pródigo (Lc.15,11s) ACOGER I PERDONAR  sin condiciones
               
Los trabajadores de la viña (Mt. 20,1ss) ABIERTOS a la llamada de Dios
               
El tesoro escondido (Mt. 13,44-46) RECONOCER el  valor del Reino                 Los talentos  (Mt. 25,14ss) Hacer FRUCTIFICAR los dones recibidos
        
Y muchas más...                       

                        Como puedes ver el Reino  de los Cielos  no hay que BUSCARLO  en ningún punto del globo, sino  que  se trata de TRABAJAR, para CONSTRUIRLO. En primer lugar, hay que creer que Jesús está PRESENTE en nosotros, y que es El mismo, quien nos ayuda a ENCONTRARLO en nuestro interior, para que podamos  darlo a conocer por medio de nuestros actos y actitudes.  Si todos los hombres trabajáramos para construirlo en nosotros, verdaderamente el mundo seria en realidad el Reino de Dios, donde reinaría la paz, la justicia, el AMOR 

                  Que el Dios de la PAZ y del AMOR, te ayude a “buscarlo” en tu interior y a ayudar a otros a “encontrarlo”

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       LA  ALEGRÍA

                   En primer lugar si consultamos un Diccionario, encontraremos la                      definición del   concepto  ALEGRIA: “Sentimiento grato y de gozo, producido, generalmente, por un  motivo placentero, o movimiento, grato y vivo del ánimo, por un motivo halagüeño o “sin causa”, que manifiesta con algunos signos exteriores o bien con alguna exclamación. Sentir el pacer y la alegría es gozar”. 

     Ahora bien,  si abrimos la Sagrada Escritura nos encontramos con la ALEGRIA DEL CORAZÓN, que es la más auténtica.
    
Los Libros Sapienciales:  Proverbios, Eclesiastés, Eclesiástico , veremos que la ALEGRIA tiene un papel muy importante, pues la considera un DON de Dios
    
    Así en Pro. 17,22, se puede leer: “El ánimo alegre mantiene la edad florida...”  En Eclesiástico 30, 23 – 27, leemos: “La alegría del corazón es vida para el hombre...la alegría alarga la vida....El corazón alegre y benigno con todos está siempre contento...” Y en 30,16, leíamos: “No hay tesoro que valga más que a salud del cuerpo, ni hay placer mayor que el gozo del corazón.”
                
Pero es en los SALMOS donde se aprecia mejor ese don de Dios:
   
Salmo 4,7    ....”tu, Señor, has infundido la alegría en mi corazón...”

   
Salmo 42 (43), 4 “Y me acercaré al altar de Dios, al Dios que llena de alegría mi juventud”.

   
Salmo  84 –(85), 7 “Volviendo Tu el rostro  hacia nosotros... tu pueblo se llenará de gozo”.
   
Salmo 117 (118), 24  “este es el día que ha hecho el Señor, (Pascua). Alegrémonos y regocijémonos en él.
   
Salmo 118 (119), 111  “He adquirido los testimonios de tu Ley (el Amor), para que sean eternamente mi herencia; pues ellos son la alegría de mi corazón”.
             
Finalmente, veamos que nos dice Jesús en los evangelios: En San Juan, 15,11, después de pedirles que perseveren en su amor, les  dice: “Estas cosas os he dicho, a fin de que gocéis con mi gozo, y vuestro gozo sea completo.
            
Y, por fin, en Pablo en sus cartas nos exhorta a estar siempre contentos, diciendo:  Vivid contentos en el Señor”.

              Y para terminar, quiero hablarle de S. Francisco de Asís, quien tiene, por haberla encontrado en su vida y haberla practicado, en uno de sus libros:   LAS FLORECILLAS DE SAN, FRANCISCO, cap. VIII, una magnifica definición de la PERFECTA ALEGRIA.  El nos dice:

    La perfecta alegría NO ES:

         Ni dar ejemplo de santidad con la vida.

         Ni dar vista a los ciegos.

         Ni hacer hablar a los mudos.

         Ni hacer andar a los mudos....

        

         Ni saber todas las lenguas.

         Ni conocer todas las ciencias.

         Ni todos los secretos de la tierra o de los mares...

 

    LA PERFECTA ALEGRIA SE ENCUENTRA:

 

    Cuando se sufren con paciencia y sin murmuraciones:

         Las injurias, los insultos, los malos tratos...

         Los oprobios, las humillaciones...
  

      Y SE SUFRE TODO POR AMOR A CRISTO       

           AQUÍ ESTÁ LA PERFECTA ALEGRIA     

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       LA AMISTAD ENTRE DAVID Y JONATAN

          La amistad verdadera viene definida en Pro. 17,17 y en Ecli. 6,15: “El amigo fiel no tiene precio”, “porque ama en todo tiempo” Ecli 6,14-17.

         La esencia de la amistad es un afecto recíproco y desinteresado. La Sagrada Escritura conoce este sentimiento humano y lo valora positivamente. No indaga el subsuelo en que brota la amistad. Es una realidad existencial: grandes y pequeños, buenos y malos tienen sus amigos.
        
La amistad se manifiesta en la práctica, en los hechos, por un compromiso real.. El amigo es más que un hermano, sobretodo, en los días malos. (Pro.18,24; 17,17)  Los mayores sentimientos , los más profundos, se expresan con palabras muy sencillas 

                   Es interesante la amistad entre David y Jonatan: 1Sm.18,1-4; que duró durante la prueba: 1Sm 19, 1-7;.hasta la muerte 2Sm.1,25.26; y sobrevivió en el recuerdo:2Sm. 9,1. Esta amistad entre David y Jonatan ha quedado como prototipo de la amistad más hermosa. Toda ella da un encanto al relato, no será jamás de mentira, llegará hasta la abnegación más completa, sin duda, hasta el sacrificio.         Pero la amistad de David y de Jonatan tropezará con las peores dificultades e incluso en algún momento exigirá la misma separación de los dos amigos.
        
Una amistad así es rara entre los hombres, como todo lo que es muy puro y muy fuerte: perfecto.  Sería injusto querer descubrir en el relato algunos rasgos más o menos torpes o anormales. 

                   En 1Sm. 18,1-4 leemos:  “Al acabar de hablar David con Saúl, el alma de Jonatan sintió una simpatía profundísima por David y empezó a amarle como a sí mismo”...”Hicieron un pacto de amistad, porque Jonatan lo amaba como a sí mismo”. “Se quitó su manto y se lo dio a David junto con su espada, su arco y su ceñidor”.
        
El don de las vestiduras y de las armas es el signo del pacto que unió definitivamente a Jonatan y a David. Y es el anuncio  de un don más grande, pues el hijo de Saúl, que debía ser el heredero natural, lo dará todo a su buen amigo.
                  
A 1Sm. 19,1ss. Saúl habló a Jonatan, su hijo, de su propósito de hacer morir a David.. Jonatan intercede a favor de David, recordándole todo lo que ha hecho a favor del rey.  Y Saúl desiste de matarle.

        
Pero, cuando el odio de Saúl contra David se ha convertido en locura, el corazón del amigo es el que interviene cerca de su padre.
        
David quiere obrar limpiamente y hace sondear las disposiciones de Saúl  con relación a él por medio de Jonatan. Es la peor de las misiones, lo saben los dos, pero Jonatan está dispuesto a afrontar las violencias de su padre.
        
Saúl monta en cólera, pero ni los argumentos ni los insultos no conmueven un instante la resolución del amigo, si bien le hieren cruelmente.

         1Sm. 20, 1-42. Es un relato bellísimo, conmovedor, punzante y que ilustra de manera sublime la amistad que une Jonatan con David, el cual termina con esta emocionante despedida:”Vete en paz. Según lo que hemos jurado nosotros dos por el nombre  de Dios, que el mismo Señor sea testimonio entre tu y yo, entre mi  descendencia y tu descendencia “. Jonatan no volvió a encontrarse con David hasta que fue a encontrarlo al desierto de Zif en Horsa. Jonatan le da ánimos y confianza. Renovaron su pacto de amistad delante de Dios. 1Sm. 23,17-18. 

                   La ayuda prestada por Jonatan a David en las horas más favorables para neutralizar su prestigio y sus pretensiones, casi hacen creer en una especie  de dimisión voluntaria y anticipada a favor de David.  En el texto aparece claro que la actitud general del hijo de Saúl iba en el sentido de esta renuncia a la que Dios dio perfección con el triste final.         

                   Así la amistad , la del amigo capaz de dar la vida por el que ama (Jn. 15,3) es en definitiva uno de los grandes móviles de esta bella y dramática historia.

                   Finalmente en 2Sm. 1, 19-27, encontramos una bella elegía en la que David expresa la hondura y la fuerza de una amistad ejemplar entre hombres nobles y sanos que nada ni nadie pudo romper ni entibiar. Amistad con las notas de intimidad, firmeza, eficiencia y supremo desinterés. 

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       LA FIDELIDAD

                    Empiezo con un salmo 117 (116) que es un canto de alabanza, y que siendo el más corto de los salmos es tremendamente profundo: “Alabad al Señor, gentes todas, glorificadle, todas las naciones; porque su amor es grande para con nosotros y la FIDELIDAD del Señor permanece para siempre”. 

                   La fidelidad es el atributo mayor de Dios, que se asocia con frecuencia a su amor, a su bondad paternal.. A lo largo de la Historia de Salvación la fidelidad de Dios se revela inmutable, frente a la constante infidelidad de los hombres. En Dt. 32,4  se dice que Dios es la ROCA de Israel, lo que quiere expresar la inmutable FIDELIDAD de Dios, es decir, la lealtad y la constancia en sus promesas y la exactitud en la ejecución de las mismas. Algunos ejemplos de reconocimiento de la fidelidad de Dios:

               Gen. 32,11, Jacob reconoce la fidelidad del Señor para con él...
              
Det. 32,4, Moisés canta la fidelidad del Señor: El es la ROCA....
              
IRe.8,23, Salomón  reconoce que no hay otro Dios.... que guarde la alianza
                  y
 la fidelidad hacia sus siervos....
             
Jer. 9,23, “Yo soy el Señor, que amo fielmente y obro con derecho y justicia”.
              En Neh. 9 , Su autor reconoce la fidelidad de Abraham y de Moisés, pero también la infidelidad de los hebreos. A pesar de ello, reconoce que Dios permaneció fiel a su amor, aunque a veces, permitió que los enemigos les afligieran. 

                   Pero es en el libro de los SALMOS, donde la fidelidad de Dios se hace más sensible y los salmistas reconocen y alaban la fidelidad de Dios que se manifiesta en sus vidas y en la de todos los hombres
  
Sl. 25 (24),10, Los caminos del Señor son de fidelidad para los que guardan su
    alianza.

  
Sl. 31 (30),6,  En tus manos encomiendo mi espíritu; tu, Dios fiel, me has redimido.
  
Sl  36 (35),6,  Señor, tu amor llega hasta los cielos, tu fidelidad hasta las nubes.         Sl. 89 (88),2, Cantaré tu fidelidad, de generación en generación.
  
Sl. 92 (91), 3, Es bueno anunciar tu amor por la mañana y tu fidelidad durante las
     noches.

  
Sl. 100 (99), 5  Bendecid al Señor,  porqué es eterno su amor y su fidelidad.
  
Y finalmente el Sl.119 (118), es un salmo didáctico sobre la Ley. Es como una antología de la Ley, pasando por los escribas, los profetas y llegando a Cristo, que no ha venido a  destruir la Ley, sino a darle la plenitud, pues Cristo nos ha presentado la Ley sintetizada en el mandamiento del AMOR, que no es otra cosa, que el cumplimiento de su FIDELIDAD, de su lealtad, su deseo de salvar todos los hombres.

                   Por eso Dios exige a su pueblo, en correspondencia, que no imite la infidelidad del desierto, sinó que guarde la fidelidad a su ALIANZA, a su pacto de amor, a su Ley, a sus mandamientos.                 

                   En el libro del profeta Isaías encontramos unos hermosos cantos o poemas , llamados del SIERVO DE YAHVÉ, que describen perfectamente el Siervo fiel, (Is. 42,1; 49,5; 50,4-7), y que el N.T. no duda de aplicar a Jesucristo.

                   S. Pablo en  II Timoteo, 2,11-13, nos dice que imitemos a Cristo,.....” y que, aunque seamos infieles, El permanecerá fiel...” Y en Rm. 3,3-4,7 nos habla ampliamente  de los privilegios e infidelidades de Israel.
                  
En el N. T., el título FIELES , se aplica a los discípulos del Señor, a los que tienen fe en Él . (Ac.10,45)  E incluye las virtudes naturales de lealtad y buena fe que los cristianos deben practicar, pero además designa la realidad religiosa que caracteriza a los movidos por el Espíritu Santo, pues es uno de sus frutos, (Ga, 5,22) 

                   Finalmente, diremos que en la Nueva Alianza, la FIDELIDAD tiene una ALMA, que es el AMOR, y, al contrario, que la fidelidad es la prueba del AMOR AUTÉNTICO, que consiste en vivir según los mandamientos de Dios. Ahora bien, esta fidelidad exige una lucha contra la tentación, por lo cual requiere la VIGILANCIA Y LA ORACIÓN.

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         LA    LIBERTAD

           La libertad es la facultad que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. Por alguna ausencia de impedimentos: desembarazo, franqueza, facilidad, disposición para hacer una cosa con destreza.

         Se habla de diferentes “libertades”: libertad de expresión, libertad de cultos, libertad de conciencia, libertad de comercio....La libertad de Religión o de creencias, es profesar cualquier religión sin ser inquietado por la autoridad pública. La libertad de espíritu es el dominio del ánimo sobre las pasiones

                   La libertad natural es el poder de que se halla revestido el hombre para emplear sus facultades en la ejecución de aquello que le parezca más útil.  Facultad natural de hacer cada uno lo que quiere, salvo que se lo impida la fuerza o el derecho.  En Filosofía. Acto libre es aquel que se ejecuta con dominio, esto es, con facultad para realizar otro distinto, o por la menos omitirlo.
                  
Libre albedrío o Albedrío, es la voluntad no gobernada por la razón sino por el capricho o por el apetito.
  Libertinaje, es un desenfreno en las obras o en las palabras. El hábito del vicio. Una falta de respeto a la religión. Disipación de costumbres.
                  
Siempre y en todas las naciones se ha  reconocido la libertad humana, por este motivo se han establecido leyes y códigos, teniendo siempre como base la libertad humana , sin la cual no sería posible la vida moral del individuo. Si no existiera la libertad, el hombre sería un autómata y no un sujeto moral responsable.  La voluntad del hombre es LIBRE en los actos internos, aunque no siempre en los externos. 

                   Si abrimos la Biblia nos encontramos  con una frase interpeladora:          HERMANOS HEMOS SIDO LLAMADOS A LA LIBERTAD   Gl. 5, 13)

La Biblia no da ninguna definición de Libertad, pero traza un camino.  Porque la verdadera Libertad es un camino de LIBERACIÓN.
        
Es uno de los aspectos fundamentales de la Salvación. Cristo ha venido para salvarnos, para liberarnos  (Is. 61, 1ss) (Jn. 4, 18ss.)   Todos los hombres han sido y son ESCLAVOS de algo o de alguien, es necesario, por lo tanto, liberarnos o ser liberados, para obtener la LIBERTAD.
                  
La Biblia muestra como Dios libera a su pueblo: una liberación  es el origen de su pueblo. Ge. cc.1-15  En la salida de Egipto y también en la salida de Babilonia Is. 43, 14ss. Dios rescata a su pueblo. Para ello escoge un “ungido” Ciro, rey de Persia, Is. 45, 1ss
                  
En Jr. 34, 15; 2Cr. 28,11 encontramos ejemplos de liberación entre pueblos, como recompensa de favores recibidos.
        
Los últimos siglos antes de la venida de Jesucristo están marcados  por la espera de la liberación definitiva, liberación del yugo de otras naciones.  Sin embargo hay muchos que esperaban una liberación más espiritual, lo que implicaba una purificación.
                   
En los salmos encontramos con frecuencia “una liberación personal”: de un peligro Sl. 27 (26), 11; de los adversarios Sl. 55 (54), 19; 69 (68), 19;  70 (69) ... Así se va afianzando la esperanza religiosa.
                  
Pero la liberación de Israel, en verdad, era la prefiguración de la LIBERTAD de los “Hijos de Dios”

                   Pablo y Juan son los heraldos de la LIBERTAD cristiana. Gl. 5, 1-13; 1Co. 7, 12ss; 2Co. 3, 17; 1Pe. 2,16; 2Pe. 2, 19, los falsos “maestros” prometen la libertad....para hacer esclavos.

                   Hoy día las encuestas y sondeos entre los jóvenes nos descubren que hay una disminución o gusto por la Libertad. Hay los que sienten temor ante ella, otros, indiferencia, se dejan influir por los que ejercen presión sobre ellos, y no se dan cuenta de ello. Finalmente hay otros que tienen plena conciencia de lo que es la Libertad, pero no la ejercen, porque tienen miedo al esfuerzo.
                  
La verdadera LIBERTAD consiste en seguir el Espíritu de Cristo. Ella nos abre el camino a una nueva Vida, fundamentada en la FE y que actúa por medio del AMOR. (Gl.5, 6)

                               LA VERDAD OS HARÁ LIBRES  Jn. 4, 4 

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LOS DISCÍPULOS DE EMAÚS

                La narración de  “Los discípulos de Emaús”  Lc. 24, 13-35, se halla ubicada al final del Evangelio de Lucas en los capítulos concernientes  a la Pasión y Resurrección del Señor, en el conjunto de las apariciones de Jesús a sus discípulos. Es un texto amable, simpático y que contiene muchas enseñanzas para los cristianos.

         José de Arimatea había obtenido el permiso para descolgar a Jesús de la Cruz y lo había puesto en un sepulcro excavado en la roca.
        
El primer día de la semana las mujeres fueron al sepulcro,  encuentran  la piedra que tapaba la boca, retirada, pero no hallan el cuerpo de Jesús.  En aquel momento se les presentan dos hombres vestidos de blanco y les dicen: “No está aquí, ha resucitado” Son las palabras más importantes del N. T.
        
No está de más hacer un pequeño paréntesis para destacar el papel de las mujeres en la  revelación de la Resurrección. Ellas son las primeras en recibir el anuncio y las primeras en ver a Jesús  resucitado. Jn. 20, 1.11-18; Mt. 1-10;  Mc. 16, 1-8.
       
Pero cuando lo anuncian a los apóstoles, reunidos en el Cenáculo, lo creen una historia absurda. De todas maneras, también Pedro va al sepulcro, lo encuentra todo como han dicho las mujeres, no se explica lo ocurrido y vuelve a casa perplejo. Ahora, una vez leído el texto  de Lc 24, 13-35, vamos a sacar algunas conclusiones:

                   En primer lugar: los dos discípulos marchan de Jerusalén dan la espalda a la gran ciudad, que para los judíos era muy importante y para Lucas tiene  una significación simbólica. Representa el sentido, la razón de ser de la vida humana, el ámbito de encuentro con el verdadero Señor, el Cristo Resucitado, el fundamento de la fe de los cristianos.
              Los discípulos la abandonan y emprenden el camino de regreso  hacia una aldea sin sentido, vuelvan atrás, porque han quedado decepcionados de Jesús de Nazaret : “Y nosotros esperábamos que...”  A los ojos de aquellos hombres, Jesús habría sido un mesías como otros muchos: rico en proyectos pero parco en palabras y nulo en cuanto a resultados. No han captado la persona de Jesús con los ojos de la fe. La visión únicamente externa les ha llevado a la frustración.  Aprecian las manifestaciones exteriores, como son palabras y obras, pero no han percibido la profundidad de su mensaje. 

                   Jesús, rico en misericordia, se pone a caminar con ellos, quiere que, en su momento, vean de nuevo la Luz .
        
Ellos caminaban hacia atrás, y Jesús, también “camina” hacia atrás y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explica lo que se refería a El en toda la Escritura.
Aquí podríamos hacer otro paréntesis. Cuando a veces se dice que el A.T. no habla de Cristo,  deberíamos recordar este pasaje en que el mismo Jesús  describe los pasajes en que se habla de El.
       
Al comentarles la Ley y los Profetas, Jesús se fija  en un aspecto muy importante: “¿No tenía el Mesías que padecer para entrar en su gloria?” Los dos discípulos  esperaban la llegada de un salvador, pero al igual que la gente de su tiempo, esperaban un mesías poderoso.
     
Jesús libera desde la humildad,  de una vida hecha servicio a favor de los débiles, desde el dolor de la Cruz. En el A. T. ya se prefiguraba  la llegada de este liberador.
     
El profeta Isaías presenta cuatro poemas, llamados cantos del Siervo de Yavhé (Is 42,1-7; 49,1-9;.50,4-11; 52,13-53.12) En ellos describe el siervo enviado por Dios  a la Humanidad, no comprendido por los hombres que es arrancado de la tierra de los vivos y depositado en una sepultura.   En ello podemos ver un paralelismo entre la vida de este siervo y la de Jesús de Nazaret.
  

          La explicación ha calado en el corazón de los discípulos. Y le piden que se quede con ellos. Jesús acepta y recostado a la mesa, toma el pan, pronuncia la bendición, lo parte y se lo ofrece. En aquel momento se abrieron los ojos de los discípulos y lo reconocieron  pero Él desapareció.
        
Jesús desaparece de su presencia, desaparece de la visión de los ojos puramente humanos y permanece para siempre en el  corazón de los discípulos. Las cosas mas importantes de la vida se atesoran en el corazón. Jesús desaparece de su vista como “el profeta poderoso en obras y en palabras”, y se convierte –en su corazón-  en el VERDADERO SEÑOR DE LA VIDA. 

                   Los dos discípulos, se levantaron y se volvieron a Jerusalén, donde se encontraron reunidos a los Once que decían:   ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón. Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo le habían reconocido al partir el pan. Es precisamente en la comunidad reunida, “LA IGLESIA”, donde nuestra fe se fortalece y la comunión engendra la unidad  de esperanza y de amor. 

                   La narración de los DISCÍPULOS DE EMAÚS es un fiel reflejo  de la celebración de la Eucaristía:

Acto penitencial. Al principio de la Eucaristía reconocemos con humildad nuestras faltas. Jesús resucitado  ha continuado a nuestro lado y nos otorga el perdón y nos recuerda la verdadera dirección de nuestro camino.
Lectura de la Palabra de Dios. A la celebración de la Palabra se leen escritos del A. y  N. T. Pero la proclamación de la Palabra de Dios no la percibimos como la narración de acontecimientos pasados, sino que la escuchamos como la voz de Dios que tiene algo concreto que decirnos:   “Que nuestro camino de vida cristiana es estar con los pobres y los débiles de nuestra sociedad.”
Liturgia eucarística. Entonces celebramos la Fracción del Pan y después recibimos , en la comunión, el Cuerpo de Cristo que se hace carne de nuestra carne.  Dejamos de percibirlo con los sentidos externos, pero lo experimentamos en la profundidad de nuestro corazón.
Bendición final
La bendición final tiene como sentido el invitarnos a anunciar, con la ayuda de Dios, aquello que hemos celebrado ¡CRISTO HA RESUCITADO! Nos convierte en misioneros. 

                   Jesús vive y nos lo encontramos en la Eucaristía, el lugar privilegiado  de nuestro encuentro con el Cristo viviente que siempre nos acompaña por los intrincados caminos que, a menudo, nos ofrece nuestra existencia.

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LA PACIENCIA

                   La palabra PACIENCIA, viene del latín: patiens, patientis, que significa “el que soporta molestias, trabajos y adversidades con fortaleza y resignación. Tiene PACIENCIA el que sabe esperar con calma o tranquilidad algo que desea o espera.

                   La Paciencia cuando se refiere a Dios toma a veces otros nombres: longanimidad, benignidad, lento para la ira, misericordia, en el sentido que Dios  no castiga inmediatamente los pecados de los hombres, sino que les da tiempo para arrepentirse. El Sl.103 (102), 8-10, puede considerarse  como el resumen de la Paciencia de Dios, del amor que perdona.  “Misericordioso y compasivo, tardo a la ira y lleno de gracia...” Y también en Ex.34,7;  Sab. 15,1;  Eclo. 18, 11; Neh, 9, 29-31; Rom. 2, 4, IIPe, 3, 9.... encontramos ejemplos  de la Paciencia de Dios. 

          Podemos también nosotros “imitar” esta paciencia de Dios, respeto al prójimo. En   Sa. 12, 20-21; 15,1; Eclo. 35, 22-24; Pro.14,29. 15,18. 16,32. 19,11; .Eclo. 29,8... y en otros muchos textos. 

                   En el N.T., Dios nos da ejemplo de PACIENCIA  a través de Parábolas. Por ejemplo: la del “Siervo cruel” o “El perdón de las ofensas”:  Mt.18, 21-35 , y por contraste la del “Juez” Lc. 18, 1-8; o bien la de “La Cizaña” Mt. 13, 24-30...               

                   San Pablo la recomienda a los cristianos como un fruto del Espíritu Santo Ga. 5,22, efecto de la Caridad  ICo. 13, 4-7, virtud del discípulo, IICo. 6, 4-6, ITim. 1, 15-16,  IITim. 3, 10: 4, 2,....etc. También la iguala a la dulzura y a la tolerancia,  Ef. 4, 2  ICol. 3, 12.  etc.... 

                   En el A.T., esperar en Dios en medio de las pruebas es un signo característico de la piedad:  Sl. 25 (24). De ahí que Job sea un ejemplo elocuente de la paciencia en medio de los sufrimientos. El autor del libro de Job deja claro que los sufrimientos de Job no son un castigo, sino que Dios los permite para probar si su fe es auténtica, y nosotros añadiríamos: su “paciencia “. San Pablo por su parte nos dice que él soporta pacientemente las tribulaciones para la salvación de los elegidos, IITim. 2, 10  

                   La Paciencia viene de Dios y nos la otorga para poder tener unidad de sentimientos con Cristo, Rom.15, 5, el cual nos dio admirables ejemplos, soportando los sufrimientos,  He. 12,3,   IPe.2, 21.
                  
Y el apóstol Santiago en su carta  I. 12, recomienda la Paciencia ,para que el cristiano alcance la perfección. Para terminar, diremos que el Apocalipsi considera la PACIENCIA como una de las virtudes más importantes. 

                   Y como dice Santa Teresa:
                                 
La Paciencia todo la alcanza.
                              
Quien a Dios tiene, nada le falta
                                         
Solo Dios basta.

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MARTA Y MARÍA

                  El episodio de Marta y María,  concretamente, procede de la fuente propia de Lucas, ya que no tiene paralelos en los otros sinópticos. Es cierto que no hay paralelos, pero sí que los encontramos a nivel conceptual.  Con todo, estos personajes también aparecen en el evangelio de Juan 11; 12,1-8, donde hay un tercer hermano, Lázaro, y que viven en Betània, pueblo que se encuentra muy cerca de Jerusalén y que Lc. lo citará en 19,29.
        
Tras el estudio de las formas y de las fuentes, parece posible que tenga algo de histórico,  por lo menos, su relación con la tradición joánica,  indicaría que se basa en una tradición antigua.          

                   La escena  nos muestra a Jesús como un maestro itinerante que se dirige a Jerusalén y se detiene en casa de las dos hermanas: Marta y María.         Ahora bien, vale la pena estudiar el texto dentro de su contexto. 

                   En Jn. 10,25, un maestro de la Ley pregunta a Jesús qué tiene que hacer para “heredar la vida eterna”. Jesús hace que él mismo se responda a partir de lo que lee en la Ley. Así se llega a la SHEMÀ y al mandamiento del amor al prójimo.  Y a petición de su interlocutor sobre quien es su prójimo, Jesús relata la parábola del Buen Samaritano. El fragmento de Marta y María nos hablará de la importancia de escuchar la Palabra de Dios, y que es el fundamento de la misericordia  con el prójimo, con lo cual se convierte en imprescindible para “heredar la vida eterna”.
                  
Si a continuación leemos estos textos junto con el que les sigue: la plegaria del Padrenuestro, tendremos que los tres episodios nos presentan las características  del discipulado: la relación con el prójimo (10,25-37), la relación con Jesús, (10,38-42) y la relación con Dios (11,1-13).   El núcleo de los tres episodios es propio de Lucas, aunque el primer pasaje  y el último  tienen paralelos en los otros sinópticos.
            
El texto nos quiere decir, pues, que hay algo nuevo: la escucha atenta de la Palabra de Jesús.  No basta con amar al prójimo y a Dios, hay que relacionarse con el Hijo.  Si el servicio y el amor al prójimo no se basa en la Palabra de Jesús, no durará.
             
El episodio, más bien, intenta resaltar que, incluso cuando las tareas necesarias se ponen al servicio del Reino, corremos el peligro de que nos preocupen excesivamente y nos distraigan de la atención a la Palabra de Dios.
             
Cuando el creyente acoge a Jesús, cuando entra en relación con Jesús, como Marta y María o como Zaqueo (Lc. 19,1-10) la obra salvífica de Dios llega a SU CASA.

              Un detalle significativo del texto para los judíos, debía ser que : Jesús diera lugar a las mujeres, no sólo para las tareas domésticas de la Iglesia, sino también  escuchando y aprendiendo: “María estaba sentada a los pies de Jesús”, como un discípulo.
             
Interpretar este episodio como una recomendación de la vida contemplativa, considerándola superior a la vida activa, es introducir un enfoque alegórico, que carece de fundamento en el propio relato.  La distinción se originó posteriormente como fruto de otras preocupaciones teológicas.
                   
Hay una gran variedad de opiniones sobre este texto. Unos creen que Lucas quiere mostrar que no son suficientes las obras de caridad, y que deben fundamentarse en la fe. Otros piensan que quiere manifestar que Dios ha de ser buscado y amado, ante todo,  mediante la escucha de su Palabra.

                   Pasemos ahora a analizar el fragmento. Tiene lugar, como ya hemos dicho, en una aldea en el trayecto de Jesús hacia Jerusalén, y que  hace posada en la casa de Marta y María.  Según algún autor este episodio tiene importancia porque da una presentación de Jesús en su trato y relación con las mujeres. 

              MARTA es el femenino del nombre arameo MARÊ, que significa “señora”.  MARÍA viene de una raíz hebrea que significa “altura, cima”, y como nombre, “excelsa”. Marta hace de anfitriona, recibe a Jesús y cuida de los detalles. Parece activa, práctica y diligente en contraste con María,  tranquila, absorta, contemplativa. 

         Este contraste se puede ver en dos episodios del evangelio de Juan: Visita de Jesús a casa de las dos hermanas en su viaje a Jerusalén, después de la muerte de Lázaro (11, 1-38), donde vemos a Marta saliendo apresuradamente al encuentro de Jesús, mientras María,  estaba recogida y sumergida en el dolor, y hay que irla a buscar.  E igualmente en el banquete ofrecido a Jesús, seis días antes de la Pascua, en  Betània. Marta, activa prepara y cuida de la comida y María, entretanto, unge los pies de Jesús (12, 1-3)
        Marta estaba preocupada por la preparación de la comida, pero no dice que fuera indiferente a lo que Jesús enseñaba   María, atenta al Maestro no pensaba en la comida. Pues bien, Marta se dirige al Maestro y sus palabras indican que existía una amigable familiaridad, pero no deja escapar ninguna queja, sólo un ligero reproche.
        
Jesús se dirige a Marta, repitiendo dos veces su nombre, lo que indica que proviene de simpatía, de solicitud y de amor.  No le reprocha  su servicio, sino la ansiedad, la excesiva preocupación y solícita inquietud. Hemos de tener en cuenta que el servicio a los huéspedes, sobretodo, era ofrecer comida. La pregunta de Marta esperaba una respuesta afirmativa, pues como Jesús seguramente iba con los discípulos, le parecía que necesitaba ayuda, para ofrecer una buena comida. Y Jesús responde: Una sola cosa es necesaria, María ha escogido la buena parte.

         La tradición ha corregido mucho este versículo. Jesús presenta la audición de la palabra como lo único necesario. No dice que Marta habría debido preparar un solo plato a fin de poder oír la Palabra de Dios; más bien no habría debido preparar nada, pues sólo una cosa es necesaria. De esta manera no habría necesitado la ayuda de María.
      
  Esta respuesta a Marta puede iluminar el significado  de dos dichos de Jesús que aparecen a lo largo del evangelio (Lc. 12,37; 22,27; Mc 10, 45) “Jesús no ha venido para ser servido, sino para SERVIR” .
        
María está sentada a los pies de Jesús, acción libre, y escucha : es la actitud del discípulo. (Pro. 31,26) Hay que recordar que la tradición rabínica era más bien contraria  a enseñar a las mujeres los secretos de la Ley. En cambio Jesús llama bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios y la guardan (Lc. 11,28)         Jesús no pone en segundo lugar el servicio diligente y generoso, sino que quiere  mostrar que la preocupación y  la angustia podrían estropear este mismo servicio, alejándolo de la ÚNICA COSA NECESARIA.
  
     Una “DIAKONIA” que no presta atención a la Palabra no tiene ninguna garantía  de continuidad efectiva , en cambio estar a la escucha de la Palabra de Jesús es un  BIEN duradero, que nunca le será arrebatado al verdadero discípulo de Cristo.
 

                   Finalmente, si nos fijamos un momento en el PADRENUESTRO que es el episodio que viene a continuación, veremos que, si el amor al prójimo era imprescindible para “heredar la vida eterna” sólo cuando iba acompañado de la escucha de la Palabra de Jesús, ahora añadiremos que quien se entrega totalmente a la búsqueda del Reino de Dios, es decir, lucha para “heredar la vida eterna”, no puede dejar de rezar el PADRENUESTRO, ni dejar de ponerlo en el centro de su vida cristiana, como resumen de todo el evangelio. 

                   Para terminar, diremos que, si escuchar la Palabra de Jesús era la “única cosa necesaria”, REZAR el PADRENUESTRO, es reconocer a Dios como PADRE  es vivir el ideal  último del hombre: “la comunión de Vida con Dios, es decir, vivir la filiación divina y la fraternidad universal.

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NO ROBAR LOS BIENES AJENOS

                   Se ha dicho que el Decálogo, casi en su totalidad era el perfecto resumen de la moral natural y universal, una especie de expresión de la recta conciencia humana.
         
El decálogo bíblico fue formulado en el seno de la fe de Israel y con destino a los fieles de Dios, que se reveló en la historia. Por tanto, no podríamos comprenderlo desde el punto de vista naturista, por no decir ateo. Para comprenderlo hay que hacerlo a la luz de la revelación. Al margen, podría parecer útil e incluso excelente, pero no sería el mismo.
        
Está redactado en forma interpelativa y en un tono vivo e incisivo. Son dirigidos a “Ti”, (es decir, al que lo lee o lo oye leer), en un HOY, que se repite sin cesar. Los mandamientos se refieren a Dios, pero en segundo lugar, tienen por objeto la vida de relación de los miembros de la comunidad entre sí, a la luz de una fe que todos comparten EN EL AMOR que los une y armoniza, es pues una ley para la comunidad.
        
Casi todos están expresados en forma negativa, pero hay que notar que la forma negativa es, a menudo,  más universal que la afirmativa.  Ej. Decir: “no tomes este camino”,da más libertad que decir: “toma este camino”. 

                   El octavo mandamiento está formulado de manera sencilla y general, por la cual se ha aclimatado a cualquier país, a cualquier época y a cualquier civilización. El A.T. nos habla de:
             
Robo de una persona para hacerlo esclavo Ex. 21,16;  Dt. 24,7
             
El robo de tierras  Dt. 19,14; 27
             
La poca honradez en el comercio  Am. 9,20;  Ez. 45,10
             
Retener el salario del obrero es también un robo.
             
Prestar a interés a un pobre, puede convertirse en rapiña y crimen.
             En general el hecho de que los poderosos aplasten a los pobres es un robo .

         Los profetas alzaron su voz para  estigmatizar los abusos.
        
Pero robar es también despojar al prójimo de su dignidad, calumniándolo, hablando mal de él, criticándolo, adulterando o falseando sus palabras, etc.
        
El décimo mandamiento supone, según algunos, una evolución psicológica del hombre, un hilar más fino en sus pensamientos y en su conciencia.
 
       Aunque se haya podido poner en tela de juicio “codiciar” Ex 20,17, se encuentra un paralelo en “desear” Dt. 5,21, en el sentido de movimiento interior y no seguido necesariamente por el acto.
        
El decálogo como lo tenemos hoy día ya ha evolucionado mucho. Los profetas han hablado mucho y la conciencia moral y la interioridad de las intenciones ya es muy conocida. 

                   “No codiciarás” era la forma primitiva, luego se le añadió “casa”, que significa todo lo que pertenece al prójimo,  todo aquello de que tiene necesidad, todo lo que prolonga y constituye su vida personal, es decir, su familia.  En una palabra sitúa a los hombres en la vida de COMUNIDAD, basada en las disposiciones del corazón, es decir, en el AMOR.
                
  El mayor obstáculo que se opone al corazón y le hace esclavo es la CODICIA, esclavizándole a los instintos, pasiones, caprichos, costumbres.  La forma más clara y repugnante es la ENVIDIA que es precisamente lo contrario del  AMOR.

                  Otra forma de codicia es la VIOLENCIA  que nace de la conciencia de los propios límites, del deseo de poseer aquello que uno no tiene. La raíz de la violencia es el deseo o necesidad interna de poseer aquello que nos falta.  El ser humano es el eterno insatisfecho.  Y la violencia está enraizada en el corazón humano.  

                   El décimo mandamiento es una interrogación dentro de cada individuo, en su corazón, sede de la inteligencia y de la voluntad, que no tiene otro control y testigo que a Dios. Del corazón procede lo bueno y lo malo, las palabras y los actos  Mt. 15, 19.
                  
Israel recibió el Decálogo como una gracia, como un privilegio, como una señal del amor de su Señor. 

                   La Iglesia sigue imponiendo a sus miembros la ley de los mandamientos. El Decálogo no dejará de realizar con cada generación su obra de liberación y educación, y aunque Jesús no lo cite, no cabe duda que lo resumió en aquella fórmula definitiva:  Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”....”Amarás a tu prójimo como a ti mismo” Mt. 22,37-39, porque Jesús, como él mismo dijo: no vino a abolir la Ley sino a completarla  Mt. 5,17.
             
Sólo el pueblo de la Nueva Alianza, la Iglesia, estará en condiciones de conocer todas las implicaciones del amor y de amar verdaderamente, porque será un pueblo nuevo con la Ley escrita en el corazón por el Espíritu de vida en Cristo Jesús.  Rm. 8,2;  Jr. 31,31-34;  Ez. 36,26-28. 

                   En una sociedad compleja y con elevados niveles de estructuración institucional las decisiones humanas no tienen nunca un carácter puramente individual, son más bien fruto del peso decisivo de factores sociales y culturales. La responsabilidad personal y la responsabilidad colectiva se entrecruzan.
        
En la perspectiva cristiana es posible crear condiciones para un ejercicio efectivo de la libertad individual, gracias al don del espíritu del Señor, don que libera continuamente nuestra libertad, alimenta nuestra responsabilidad , a fin que podamos hacer  frutos de liberación.
        
El ser humano dentro de los límites de su libertad tiene la capacidad de elegir y de escoger. Ahí está la grandeza de su dignidad.
        
Cuando no usamos nuestra libertad, nuestra voluntad para actuar, y causamos el mal, nos estamos comportando con MALICIA,  y la malicia es una instauración del mal.
        
Por eso San Pablo recomienda  vencer el mal, primero, dentro de nosotros mismos y después en nuestro alrededor, simplemente con la abundancia del bien. Rm. 12,21. 

                  Resumiendo: LA JUSTICIA, LA SOLIDARIDAD Y LA TERNURA, EN UNA PALABRA EL AMOR , SOLO NACEN DE UN “CORAZÓN NUEVO”, ABIERTO A LA REALIDAD DE DIOS Y QUE EN DEFINITIVA HARÁ CRECER LA SEMILLA DE UNA NUEVA HUMANIDAD    

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CÓMO ORAR

                  Me ha costado mucho ponerme delante del ordenador para contestarte, pues aún que se ha derramado mucha tinta para decir algo sobre la oración , no siempre los comentarios o los tratados  sobre ella nos sirven de mucho a la hora de ponernos a orar. Así es que te hablaré, más bien de mi oración, y que para hacerla he tomado como punto de partida la que hacen los Santos. Ellos no han escrito tratados, sino que nos dicen como se dirigían a Dios. 

              La oración es una expansión del alma, por esto es en primer lugar un DIÁLOGO, un YO hablando con un TU. Es el diálogo entre la criatura y su Creador, entre un hijo y su Padre. Por eso Jesús al responder a sus discípulos, que le piden que han de decir cuando oren, les responde que digan PADRE NUESTRO, que se dirijan a Dios como PADRE  Es pues, una relación PERSONAL, FILIAL  y real entre el hombre y Dios.
             
Y si Dios es nuestro Padre hay que hablarle confiadamente, de la misma manera que un hijo, cuando se dirige a su padre, no usa palabras aprendidas en los libros, sino con palabras que le salen del corazón. Ha de ser una plegaria llena de amor, alegre, pacificadora, paciente, fiel, ...
        
     Los Santos así lo hacían y con humildad, con sinceridad, reconocían su pecado, es decir, su DESAMOR para con Él, su arrepentimiento, por haber rechazado su AMOR , y también su confianza  y su agradecimiento por sentirse PERDONADOS.  Esto lo encontramos principalmente en los Salmos. Sl.103 (102); 51 (50)...

              Esta es la verdadera plegaria la que transforma, la que nos concede la paz, nos justifica y nos hace justos. Pero la única manera de acabar el día justificados, la única manera de salir de esta vida justificados, es saber decir día tras día hasta el fin y sin desfallecer “DIOS MIO, APIÁDATE DE MI...” (cf. Lc. 18,9-14). 

                     El hombre de hoy se siente más seguro y autosuficiente que antes. En el pasado Dios era sentido como la defensa más válida e incluso única, hoy día, la necesidad de esa asistencia divina no es sentida o por lo menos con la misma intensidad, ni por todos los hombres, tanto a nivel personal como comunitario.
             
Por eso se hace más difícil la necesidad de encontrarse con Dios. Yo diría que lo difícil, hoy día, es encontrarse UNO MISMO, no nos conocemos, no nos amamos a nosotros mismos, ni tan sólo sabemos valorarnos. En cambio, sentimos dentro de nosotros este deseo de encontrarnos con Dios.
             
Como decía S. Agustín: Mi alma desea estar con Dios, y no descansará hasta que repose en El . Y el salmo 42-43 (41-42) “El ciervo sediento...”           

                   Pero ahora voy a hacerte una confidencia. Lo que yo creo y experimento es, que en lugar de encontrarte con Dios, lo que hemos de hacer es DEJARNOS ENCONTRAR POR ÉL. Ponernos delante de Él , DESNUDOS,  TAL COMO SOMOS , con los brazos abiertos,  con el corazón henchido de amor y ... ESPERAR.  Recordar las antífonas de Adviento:   “El  Señor vendrá no tardará ... Si retrasara su venida, espérale, porque vendrá”.
        
Es necesario el SILENCIO, aumentar la ESCUCHA y un ESFUERZO permanente para acallar las solicitaciones de las pasiones y seducciones del mundo. Voy a contarte una anécdota:

                   Había un pobre hombre que cada día entraba en cierta Iglesia y se pasaba varias horas delante el Santísimo, quieto, medio sonriente, pero callado. Un día el sacerdote que le había estado observando durante unos días, se le acercó y le dijo:
       
- Buen Hombre,  debe tener muchas cosas  para contarle a Jesús, pues se pasa muchos ratos delante de Él.
   
-   Oh no, respondió el buen hombre, sólo le digo y repito:  Mira, Jesús, aquí está Juan! 
       
Y Él que le dice, preguntó nuevamente el sacerdote.
   
-   Nada.  Él me mira y yo le miro
 

                   Una plegaria verdaderamente cristiana es una plegaria que no nace de nosotros mismos, sino de Cristo que habita en nosotros, por su Espíritu ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?...O,¿no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que  habéis recibido de Dios y que habita en vosotros? 1Co. 6,15.19
        
Por eso, si somos sencillos, humildes, a través de nuestro trabajo, profesión, misión, de la realidad concreta de nuestros deberes, vivimos gran parte del día nuestra relación con Dios, “sin darnos cuenta”. 

                   Voy a contarte otra anécdota:
        
Había un zapatero remendón que era muy buen hombre y no dejaba ni un día de ponerse en manos de Dios. Un día, mientras rezaba, oyó como, si soñara , una voz que le decía:  “José, estoy contento de ti, hoy recibirás la visita del Señor”
        
José empezó poniendo orden en la tienda y a prepararse para cuando llegara el huésped.  Al cabo de un rato llegó una vecina que no tenía buena fama. La atendió de la mejor manera que supo, mientras pensaba: “Si en este momento llegara Jesús y me encontrara con esa mujer... No la podría recibir como merece...”  Luego vino una mendiga con su hijo hambriento. José les dio un par de zapatos nuevos a cada uno y, además, una manzana para el pequeño.
         
De pronto se abrió la puerta con gran revuelo y apareció un borracho. José, se puso un poco nervioso, pero compasivo lo hizo sentar, y compartió con él la comida. Y así las visitas no pararon en todo el día. Al atardecer cerró la tienda.  A la hora de la plegaria vespertina se quejaba al Señor diciendo:
     
- “Señor, cómo es que no has venido? Yo te esperaba...”  “José, te he venido a visitar cada vez que  alguien ha llamado a la puerta de tu casa..” 

        Llegar al encuentro con Dios en el mundo, en las vicisitudes humanas, en el rostro del prójimo y en el fondo de nuestra alma, no es el resultado de un solo día, sino el término de un largo camino.
        
Para alimentarlo o encontrarlo de nuevo, si nos hemos alejado de él, es necesario  buscar momentos”,  es decir, “dejar de hacer cosas”, para orar.
                     
El orar siempre se refiere a una orientación del alma y de toda la vida dedicada a Dios, un vivir: “para Él, en Él y con Él”. De tal manera que podemos decir con S. Pablo                                           

                                      “PARA MÍ VIVIR ÉS CRISTO”  

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LOS LIBROS SAPIENCIALES

                   La palabra BIBLIA viene de la lengua griega y significa  “LIBROS”, es decir, una colección de escritos que forman el A.T. y el N.T. los primeros son la expresión de la fe del pueblo de Israel (ss.X a C.-II d C.), y los del N.T., la de la Iglesia cristiana en sus inicios.
                  
Los del A.T., si bien son de antes de la venida de Crist, sin embargo en todos ellos, apunta una luz que conduce a El. Así leemos en Lc.24,13-27. “Entonces, Jesús, empezando por los libros de Moisés y continuando por los de los Profetas, les fue explicando los pasajes de las Escrituras que se referían a El.”
                  
Los del N.T. son propiamente  nos que  hablan de Cristo, de los Apóstoles y de la Iglesia, Cuerpo místico de Jesús.       

                   Ahora bien, entre los libros del A.T. se encuentran los Sapienciales, cuyo tema principal es la SABIDURÏA.  La mayoría están escritos en estilo proverbial y son: Proverbios, Job, Eclesiástico (Ben Sira), Eclesiastés, y Sabiduría.  A veces se suelen añadir: El Cantar de los Cantares y los Salmos.

                  
El proverbio es la forma típica de la sabiduría popular. Cada pueblo poseía  su colección propia. Se expresan en frases o sentencias que la experiencia ha confirmado como verdaderas. El libro de los PROVERBIOS ocupa el primer lugar entre los Sapienciales. Es una obra compleja, que recibe el nombre de su parte más larga: PROVERBIOS DE SALOMÓN.  La armonía entre FE y RAZÓN es el gran mensaje del conjunto del libro de los Proverbios. 

                   El libro ECLESIÁSTICO, llamado antiguamente Sirácida o libro de Ben Sira, a pesar de las dificultades de interpretación, es capaz de entusiasmar al lector aún hoy día. Es una guía moral práctica, que alaba de modo especial la sabiduría divina manifestada en al Ley. Es muy citado en la tradición judía y en la Liturgia cristiana, porque abre las puertas a un mundo y a una mentalidad que caminan plenamente hacia el mensaje  del N. T.

                   El  libro  SABIDURÍA  DE SALOMÓN fue escrito en griego, seguramente en Egipto. Su finalidad fue consolar a los judíos de Egipto y ponerlos en guardia contra la falsa sabiduría helenística, en momentos y circunstancias difíciles.
            
Supera a todos los demás escritos del A.T. la claridad con que expone la doctrina sobre la inmortalidad. (cc.3-5)
            
Este libro ha influido de manera notable en el cristianismo naciente, especialmente en las Cartas de San Pablo y en el Evangelio de S. Juan. Seguramente también en las Padres de la Iglesia. 

                   ECLESIASTÉS es un libro difícil. Enseña la vanidad de las cosas terrenales y el valor de la verdadera sabiduría. Demostrando la insuficiencia  de los placeres terrenales, preparaba los espíritus judíos para la revelación total de una vida futura. Es de admirar su lucidez crítica, que ya anticipa algunas de las afirmaciones  fundamentales de Jesús. No proclama la bienaventuranza de los pobres, pero la niega a los ricos. 

                   El libro de JOB. Es un libro aparte. Un poema en forma de diálogo. Consta de un prólogo y unos diálogos entre Job y unos amigos.  El problema discutido es el sufrimiento del justo. Los amigos representan la opinión tradicional en el sentido que los sufrimientos son un castigo de algun pecado, mientras que Job sostiene que es inocente y que éste no es su caso.
                  
El autor deja claro que Job pasa una prueba no un castigo. Dios permite el sufrimiento de Job para probar si su fe es auténtica y gratuita.
                  
La idea de retribución después de la muerte era desconocida de los israelitas y, por tanto, se interpreta como referida a esta vida.  Una mayor inteligencia vendrá solamente con la revelación de los castigos y premios de ultratumba, pero aún más con el ejemplo de Dios   encarnado, que sufre y es conducido al sacrificio como un cordero. 

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LA  VOCACIÓN

                   La vocación tiene una estructura dialogal. “La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre  a la unión con Dios, desde su mismo nacimiento el hombre es invitado al diálogo con Dios”. (Ef. 4, 1-4; 2 Te. 1, 11; He. 3, 1)
                  
Si la vocación es un diálogo, y ante todo , como expresa el mismo nombre, una llamada, tendrá que haber alguien que llama, y que tiene sobre el destinatario un proyecto preciso; y alguien que escucha y que puede libremente escoger entre responder o permanecer sordo a la llamada.   Llamada, respuesta, designio o plan divino, son el trenzado principal del hilo que conduce la trama de los acontecimientos de la historia de salvación 

                   En el lenguaje bíblico Dios es “aquel que llama”: (Ga. 5,8; ITe. 2, 12; ITe. 5,24; IPe. 1,15; Rm. 9,24); los hombres son los llamados “tanto judíos como griegos”. “herederos de las promesas”, “elegidos y fieles” (Rm. 11,32; ICo. 1,24)...
             
Las escenas de vocación son de las páginas más impresionantes de la Biblia.  La vocación de Moisés en la zarza ardiente (Ex. 3), la de Isaías en el templo (Is. 6),el diálogo entre Dios y el joven Jeremías (Jr. 1) ponen en diálogo  a Dios en su majestad y en su misterio y al hombre en toda su verdad, en su miedo y en su generosidad, en su poder de resistencia y de acogida. Tales relatos demuestran que la vocación es un momento de importancia en la revelación de Dios y en la salvación del hombre. 

                   Todas las vocaciones del A.T. tienen por objeto “misiones”: si Dios llama es para enviar: a Abraham (Gn. 12,1), a Moisés (Ex. 3,10.16), a Amós (Am. 7,15), a Isaías (Is. 6,9) a Jeremías (Jer. 1,7), a Ezequiel (Ez. 3,1.4) les repite la misma orden: ¡VE!  La vocación  es el llamamiento que Dios hace oir al hombre que ha escogido y al que destina a una obra particular en su designio de salvación. En el origen de la vocación hay por tanto una ELECCIÓN DIVINA, y en su término, una VOLUNTAD DIVINA QUE REALIZAR.  Sin embargo, la vocación añade algo a la elección y a la misión:  un llamamiento personal dirigido a la conciencia más profunda del individuo y que modifica radicalmente su existencia, no sólo en sus condiciones exteriores, sino hasta en el corazón.
        
Y Dios aguarda una respuesta a su llamamiento, una adhesión consciente de fe y de obediencia. A veces esta adhesión es instantánea, pero con frecuencia el hombre siente miedo y trata de evadirse. Es que la vocación normalmente pone aparte al llamado y hace de él un extraño entre los suyos.  

                   La vocación es el medio de que se sirve Jesús para agrupar en torno suyo a los Apóstoles (Mc, 3,13), pero también dirige a otros un llamamiento análogo (Mc. 10,21; Lc.9,59-62): y toda su predicación tiene algo que comporta una  vocación: un llamamiento a seguirle en una vida nueva cuyo secreto él posee: “Si alguien quiere venir en pos de mi....” (Mt. 16,24). Y si hay “muchos llamados , pero pocos elegidos”, se debe a que la invitación es un llamamiento personal al que algunos permanecen sordos (Mt. 22,1-4) 

                   A qué nos llama Jesús?
        
A una vida nueva (Ga. 5,13) “vosotros, hermanos, habéis sido llamados a la libertad”. (Ef. 1,18) “...podáis conocer a que esperanza os ha llamado...” (Col. 3,15)  “Que la paz de Cristo...en vuestros corazones,... para gozarla fuisteis llamados...” (1Te. 2,12) A fin de que os comportáis de manera digna de Dios que os ha llamado a su reino y a su gloria”

                Resumiendo (Rm. 8, 28-30; 1Co. 1,9)  Nos llama a vivir en Jesucristo.

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