Columba aspexit
per
cancellos
fenestre
ubi
ante
faciem
eius
sudando
sudavit balsamum
de
lucido Maximino.
Calor solis
exarsit
et
in tenebras
resplenduit
unde
gemma surrexit
in
edificatione
templi
purissimi
cordis benivoli.
Iste
turris excelsa,
de
ligno Libani et
cipresso facta,
iacincto
et sardio ornata
est,
urbs
precellens artes
aliorum
artificum.
Ipse
velox cervus
cucurrit
ad
fontem
purissime
aque
fluentis
de
fortissimo
lapide
qui
dulcia
aromata
irrigavit.
O
pigmentarii
qui
estis in suavissima
viríditate
hortorum
regís,
ascendentes
in altum
quando
sanctum sacríficium
in
arietibus perfecistis.
Inter
vos fulget
hic artifex,
paries
templi,
qui
desideravit alas aquile,
osculando
nutricem Sapientiam
in
gloriosa fecunditate
Ecclesie.
O Maximine,
mons
et vallis es,
et
in utroque
alta edificatio appares,
ubi
capricornus
cum elephante
exivit,
et
Sapientia in deliciis
fuit.
Tu es
fortis
et
suavis in cerimoniis
et
in choruscatiane
altaris,
ascendens
ut
fumus
aromatum
ad
columpnam laudis.
Ubi
intercedis pro populo
qui
tendit ad
speculum
lucis,
cui
laus est in
altis. |
La paloma vio
a través de la reja de la ventana
por donde, delante de su rostro,
exhalaba bálsamo
el resplandeciente Maximino.
El calor del sol se encendió
y resplandeció en la oscuridad,
y así, una gema surgió
para construir el purísimo templo
del corazón benévolo.
Esta torre altísima.
hecha de madera del Líbano y de ciprés,
ha sido adornada con jacinto y sarda;
es una ciudad que rebasa el arte
de los otros artistas.
Corrió, como ciervo veloz,
hacia la fuente del agua más pura,
que fluía de la roca más fuerte
que extendía aromas suaves.
Oh vosotros que exhaláis perfume,
que estáis en el dulce verdor
de los jardines del Rey,
y que os eleváis hacia las alturas
cuando habéis cumplido valientes,
el santo sacrificio.
Entre vosotros resplandece este artífice,
muro del templo,
que deseaba las alas del águila,
besando la Sabiduría que lo alimentaba
dentro de la gloriosa fecundidad de la Iglesia.
Oh Maximino,
sois montaña y valle,
y, siendo una u otra, parecéis el alto edificio
de dónde salieron la cabra y el elefante,
y dónde la Sabiduría estuvo a placer.
Tu eres fuerte
y dulce en las ceremonias
y cuándo se enciende el altar,
te elevas como el humo del incienso
hacia la columna de la alabanza.
Así pues, intercede por el pueblo,
que se dirige al espejo de la luz,
que es alabada en las alturas.
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