LUGARES
de la MUERTE y RESURRECCIÓN de JESÚS |
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EL SANTO SEPULCRO Y LA TRADICIÓN |
Después de la resurrección de
Jesús, los escritos del Nuevo Testamento y otras fuentes dan fe de un
nacimiento del cristianismo en la Ciudad Santa, a pesar de las
persecuciones. Conocemos los nombres concretos de los obispos de
Jerusalén
después de Santiago,
el "hermano" del Señor, hasta el s II. Y sabemos que esta iglesia
estuvo estrechamente relacionada a este grupo de "parientes de Jesús". Pasada la destrucción de Jerusalén, en el año 70, la vuelta de
judíos y cristianos está bien documentada. Fue justamente la
insurrección judía de Barkoba y las luchas constantes, lo que provocó
la destrucción completa de la ciudad, llevada
a cabo por el emperador Adriano en el año 135. Para aplastar a los
judíos edificó un templo dedicado a Júpiter en el lugar donde
estaba el Templo de Salomón y, para borrar la huella de los
cristianos, construyó el de templo de Venus donde ya se veneraba la muerte y
la resurrección de Jesús. Este hecho, paradójicamente,
resultaba
una forma indirecta, pero clara, de señalar la tradición de los lugares que ellos
pretendían esconder. Si, en sus orígenes, la comunidad
de la Ciudad Santa fue presidida por obispos del grupo de "parientes
del Señor", a partir ese momento aparecerá una nueva comunidad cristiana
guiada por obispos griegos que, según los historiadores, "hacen germinar
de nuevo la cruz, en el lugar en que había estado plantada" (Daniel
Rops). Nos consta que hacia el año 200,
Luciano, que es
enviado desde Roma como detractor de esta iglesia cristiana de Palestina,
da fe de su vitalidad evangélica reconociendo
que
de criminales no tienen nada. Como máximo se les puede
tildar de un poco cortos, pues a él, que no le conocen de nada, le han
ofrecido una acogida desproporcionadamente generosa, propia de personas más bien rudas, según él. Nosotros
las calificaríamos como "cristianas convencidas". En el año 215 sabemos que la iglesia de
Jerusalén se mantenía activa por el hecho de que el obispo Alejandro (griego),
da
carta blanca al joven Orígenes, aún laico, para predicar. Y en el
230 le ordena presbítero. Por otro lado, en este tiempo ya se nos
habla
de peregrinaciones a Jerusalén. Esto quiere decir que ya se debían venerar los
lugares principales. No es extraño, por tanto, que Sta. Elena, la madre de Constantino,
el año 334, se propusiera
recuperar los lugares Santos que tuvieron, entonces, dos basílicas
independientes: una para el Calvario y la otra para el Sepulcro, pero que
los cruzados en el s. XII unificaron en lo que es ahora una gran construcción
románica, a pesar de las muchas modificaciones que ha sufrido con el paso
de los años. |