/\/\/\ Monestir de Sant Benet /\/\/\

Dicen los del norte:
Democracia. Dialogo.
Respeto por las minorías.
No a la imposición
por la fuerza de las armas.
No a la acumulación de bienes
por parte de unos pocos.

Reclaman los del sur:
Justicia. Igualdad de oportunidades.
No a la manipulación de las personas.
No al monopolio de nuestra producción
a cambio de deuda externa.
No al negocio de las armas
a costa de nuestras vidas.

Resuena un grito desde el este:
Desarrollo. Pan para todos.
No a la explotación de nuestros mercados,
obra de nuestras mujeres y niños.
No a la imposición de vuestra mentalidad
de poder y de ambición.

Y los de la otra orilla del mar
responden confusamente:
No a una civilización agitada
sin tiempo para vivir y respirar.
No a un fácil bienestar.
No a la superpotencia
escondida bajo la capa de ayuda
y de defensa.

¿Oyes, Jesús estas lenguas
que gritan en la somnolencia
de un mundo que necesita ser invadido
por el fuego de tu Espíritu?

No permitas que se apaguen,
ni que sean débiles.
Dales credibilidad.
Tú que sabes lo que te ha costado,
ven al corazón de cada hermano
pon la fe que necesitamos
para colaborar conjuntamente.

Entonces todas estas voces,
hoy todavía dispersas,
convergerán en un solo mundo
hecho CASA de TODOS.

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“Colaborando con Dios”

    Señor, yo pensaba que era fuerte, valiente, generoso.
      Dije: "Ganaré el mundo para Dios".
      Y Tú no me necesitabas.
     Un día caí, cansado, deshecho, a tu lado.
     Dije: "No soy más que miseria".

     Y entonces sentí que tu mano me sostenía.

    Desde aquel día, Tú y yo hemos COLABORADO.

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“Un alma de pobre”

     Danos, Señor, un alma de pobre lo suficiente audaz
      para dejar, como Abraham,
      nuestra propia tierra, los ídolos del propio hogar,
      toda la familia e, incluso, si Tú lo pides,
      el hijo sobre el altar,
      a fin de caminar a la luz de una Fe que atraviesa montañas.
     Danos un alma de pobre suficientemente contemplativa
     para escuchar, como el pequeño Samuel, una y otra vez tu voz.
     Suficiente humilde para levantarse, una vez y otra,
     diciendo con corazón atento: ya voy, Señor.

     Un alma de pobre lo suficiente desprendida
     para avanzar de campamento en campamento sin cansarse,
     para vivir provisionalmente en una tienda sin instalarse,
     para comer un maná que cada día cae de tu mano.

     Un alma tan pobre que sea capaz de competir contigo
     por 10 justos de una ciudad,
     capaz de contemplarte cara a cara
     quedándole el rostro iluminado.
     Y, con simplicidad y alegría franca,
     capaz de BAILAR DELANTE DEL ARCA.

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“¿Por qué nos has amado?”

    He visto tu amor, Señor, y era un misterio
    sin saber de dónde viene ni a dónde va.
    He entendido que nunca podré comprender esta realidad.

    Me ha impresionado, y he quedado invadido,
    lanzado en un torbellino sin fondo.
    Guiado por la fuerza de una misma dirección,
    Tú has sido para mi Luz y Resurrección.
    Entonces la vida tiene un sentido.
    Cada cosa tiene un color, te dice una palabra,
    te revela una parte del misterio inexplicable,
    pero no te dice todo.

    Si somos tan débiles, tan limitados,
    "tan sólo un suspiro en tus manos,
    una sombra que pasa sin detenerse..."

    Dinos, Señor, tan sólo una pregunta:
    ¿POR QUÉ NOS HAS AMADO?

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“Tu amor es eterno”

    Inclinando la cabeza, nos entregaste tu Espíritu.
    Y después vino la noche de la muerte, de la paz, del abandono.
    La noche de la quietud, cuando ya lo habías dado todo.

    Vino la noche de la promesa, que mientras todo reposa
    prepara un nuevo nacimiento.

    Todo lo habías cumplido. La prueba dura un instante.
    Pero tu AMOR es ETERNO.

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“Serás como Dios”

A la frescor de la tarde Dios salió
a conversar con su amigo.
¿Dónde estás, Adán? ¿No me oyes?
¿Cómo es que no has venido como cada día?
¿Por qué te escondes?
¿Cuál es la causa de tu cobardía?

Y Adán, oyendo como Dios hablaba, se iba retirando.

Por querer ser COMO DIOS, después
de haber comido la fruta prohibida,
se encontró que iba desnudo.
Había perdido el vestido que le presentaba
ante sus semejantes,
el vestido que protegía su propio misterio personal.
Y Adán huía porque se encontraba desnudo.

Durante siglos los hombres intentamos en vano
recuperar aquel primer vestido.
Pero las ropas más bonitas y brillantes
no tendrán la honradez de aquel antiguo abrigo.

Nuestras vestiduras expresarán poder o riqueza,
pero nunca aquella inocencia original que Dios nos había regalado.
Con ellas nos podremos defender de la inclemencia del tiempo,
pero nunca del mal que lleva al pecado.

Adán, ¿dónde estás? No todo está perdido.
El Padre, cerca la puerta de casa,
continúa esperando todos los hijos pródigos que le han dejado.
Preséntate ante él a pesar de tu desnudez.
Él te vestirá con su "vestido mejor", de Resucitado,
y matando el cordero cebado, celebraréis juntos una gran fiesta,
cara a cara, en la misma mesa del Reino.
Y tú, por puro don suyo, hecho "hombre nuevo", serás, ahora sí, COMO DIOS.

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“El pacto de honor”

En el primer Viernes Santo de la historia
Dios mandó al pueblo que guardaran el cordero
hasta el día 14 del mes de Nisán.

Les dijo:
Al atardecer lo degollaréis sin romperle ningún hueso.
Tomaréis su sangre y la pasaréis sobre los portales
y los dinteles de las casas.
Eso os servirá de señal.
Es el sacrificio de la Pascua en honor del Señor.

Fue esa tarde de aquel mes,
lo quisieran los judíos o no,
cuando Jesús fue crucificado sin romperle ningún hueso.
Y manó de su costado toda la sangre
hasta salirle agua.
Esta sangre cayó sobre ellos
y sobre todos, en señal de rescate.

Es un pacto que nunca será borrado.
Entre el cielo y la tierra, la cruz de Jesús abraza toda la humanidad.

Es un PACTO de HONOR.

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“Vino a su casa”

Vino a su casa y los suyos no le recibieron.
Todas las cosas han venido a la existencia gracias a Él.
Nada sin Él.
Ni tú, ni yo, ni los otros, ningún hombre.
Ni una hoja, ni una flor.
Nada sin Él, porque en Él está la Vida
y la vida es el aire que respiramos,
el sol que nos ilumina.
La vida es la fuerza que llevamos dentro
y que nos empuja a caminar.

Vino a su casa
porque en Él el mundo palpita,
pero el mundo no le ha conocido.
El mundo sólo conoce aquello que es suyo, y él no es del mundo sino que es en el mundo.
Y el mundo no lo ha conocido.

Vino a su casa
y, aunque los suyos no lo han acogido, él se ha quedado.
Ha puesto entre nosotros su Tabernáculo
y de su plenitud, todos nosotros hemos recibido
gracia sobre gracia.

Él viene, viene cada día, y nosotros no le acogemos.
Está en medio nuestro y no lo reconocemos,
nos habla y no le entendemos.
Nuestro corazón está ofuscado,
nuestro entendimiento bloqueado y ciegos nuestros ojos.
Y no lo vemos ni lo sentimos.

Ni la carne, ni la sangre, nos dan el ser Hijos de Dios,
sino el hacer su voluntad.

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“El nombre de Dios”

Dios, Tú te has revelado,
yo quiero darte un nombre.

Tú eres mi Dios,
el Dios de mis padres.
El Dios de Abraham, el padre en la fe.
El Dios de Isaac, hijo de la promesa.
El Dios Jacob, tu amado.
Tú el Dios viviente,
el Dios-salvador,
el Dios de la Historia.
Un REY diferente.

Eres el que Soy, el que Era, El que Será.
Eres el Dios-Padre, Hermano, Amigo.
Y eres el Todo-otro, el Extranjero.
El que va delante, el Futuro, el Señor.

Pero Tú eres más que todo eso.
Ante ti las palabras se caen
de los labios
-pasajeras y vanas-
tan sólo son evocación,
como toda palabra humana.
Tu no puedes ser abarcado en ninguna palabra.
Tu eres Aquel que el hombre
no puede nombrar.

Para decir tu nombre
tan sólo podemos callar.

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“El nombre de Jesús”

Jesús, Tú te has hecho Hombre,
yo quiero darte un nombre.

Tú eres el Dios-Redentor,
el esperado de las naciones.
El Salvador de la humanidad.
Un Hombre que está a nuestro lado.

Tú eres el Dios-Hermano,
- otro yo -
el Dios perdido
en el anonimato del mundo.
El gran desconocido.
Tú eres el Dios-enamorado.
El Dios-despreciado.
Tú eres el Cordero
herido e inmolado.
Eres un trozo de pan
que se da al hermano.
Tu eres humildad.
Nadie sabe que
eres un grano de trigo, muerto y colgado.
Eres el Amigo traicionado.

Tú eres Aquel-que-no-tiene-aspecto,
ni forma, ni belleza.
Eres un gusano, no un hombre.

Eres el Único, el Sólo,
el Incomprendido, el Abandonado.

Y TÚ eres menos que todo eso.
Eres locura de Dios
que no pueden abarcar
los labios humanos.

Para decir tu nombre, todas las palabras son demasiado grandes.

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“La FE en la resurrección”

La fe en la Resurrección sobrepasa
todas nuestras razones.

No sabemos en que momento de la noche sucedió.
Nadie lo presenció.
Tampoco sabemos cómo es que, permaneciendo vivo,
no lo pudieran ver constantemente.

No sabemos ni cuándo ni porqué,
Él quiso asumir, otra vez, nuestra propia carne
para transformarla,
resucitarla hasta el fin.

No sabemos que quiere decir RESUCITAR a una vida nueva
-torpes como somos-
sin haber tenido nunca la osadía de darlo todo en un instante,
de amar hasta el extremo.

Y, con todo, la fe en la Resurrección es luminosa,
porque se apoya en Aquel
que nos ha DADO
un AMOR que durará ETERNAMENTE.

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“QUE ENTENDAMOS TU LENGUAJE”

Padre,
Tu hablas muchas veces
y de muchas maneras.
Has hablado por los profetas
y por tu Hijo.
Y nosotros no te oímos.
Tu hablas por un hermano,
hablas por un amigo,
a través de los que tenemos al lado,
e incluso por los enemigos.
Y lo haces a través de las personas
y de los acontecimientos.
Pero los hombres somos
sordos, mudos y ciegos.
Acostumbrados a oír y pensar
muchas palabras
que no nos llegan al corazón.
Y los hombres no entendemos
tus palabras.
Tu dices grande a lo que es pequeño.
Dices gozo a lo que es dolor.
Dices pobre al que es rico.
Dices justo al pecador.
Dices que te reveles cuando permaneces escondido.
Qué pasa?
Padre, en esta Navidad,
da a los hijos tu secreto:
QUE ENTENDAMOS TU LENGUAJE.

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PADRE, GLORIFICA A TU HIJO (Jn 12,28)

Hoy, Señor,
serás vejado, entristecido, vituperado.
Tu cuerpo serà envilecido
con un trabajo infrahumano.

Hoy te dejaran solo,
marginado en el camino.
Nadie pensará en ti
para intentar hacer algo.

Hoy otro sa aprovechará de ti
para hacerse rico,
para tener un nombre.
I tu permanecerás anónimo en el mundo.

Hoy serás abandonado
en un niño indefenso,
porqué es fruto no deseado.
I pasarás hambre y miseria.

Hoy serás hechado de casa
porque estorbas a la sociedad,
a la familia, a los vecinos.
I esta noche no tindrás techo.

Hoy, después de servir de instrumento
a tus hermanos,
serás sacado fuera
y te mataran.

PADRE, hoy ha llegado la hora:
GLORIFICA A TU HIJO.

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TIENE UN PUEBLO Y NOSOTROS TAMBIÉN

Dios, Tú tienes un pueblo
ya desde antiguo.
Amas a los hombres,
te relacionas con ellos,
te alías,
te comprometes,
te arriesgas
haciéndote tuyos sus peligros.

Tu Te has puesto
cuerpo en cuerpo
a su lado.
En sus tradiciones inmemoriales,
en los costumbre caseros,
en el rescoldo del hogar,
en el acento de su hablar,
y en su trozo de tierra
lleno de nobles ideales,
Tú estás metido.

Tú tienes un pueblo
ya desde antiguo,
y nosotros también lo tenemos.

Amamos a aquellos hombres
que forjaron nuestra tierra.
Que se la ganaron
palmo a palmo.
Que le dieron su llanto
y su canto.

Amamos aquellas generaciones
de hombres y mujeres valientes,
que sin escatimar el esfuerzo
dejaron, pasando,
astillas de su corazón
y gotas de su sangre.
Y amamos todo eso
porque te amamos a Ti
que VIVES en nuestra carne.

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TU ME ESTÁS ESPERANDO

Dios,
Tú, HOY, me estás esperando.

Yo no sé exactamente el lugar,
ni el cómo,
ni el cuándo.
Pero estoy cierta
que ahora me estás esperando.

Tú vendrás, quizás,
a través de aquella persona
que está a mi lado.
Ya sea un amigo deseado
o inoportuno.
Vendrás cuando haga
un trabajo que me gusta
o que me agobia.
Vendrás en un momento
de ocio distendido,
o en aquello que me irrita.

Tú vienes a través de todo aquello
que pasa inesperadamente
a mi alrededor cada día.

Contigo no puedo prevenirme,
es imposible prepararme.
Me coges constantemente
por sorpresa
cuando menos lo esperaba.

Dios,
yo sé que antes de encontrarte
por fin, definitivamente,
estás viniendo diariamente
para entrenarme
para aquel último encuentro.

Dame ahora coraje
para descubrirte
de antemano
a través de cada acontecimiento.
Y cuándo llegue aquel día
en qué Tú quieres llenarme
de Tu Bondad inefable,
haz que, también yo,
ESPERE tu VENIDA,
con aliento.

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"EL CRISTO-AUSENTE DE LOS INMIGRANTS"

Cierto que TÚ, Señor,
eres Vida y Resurrección,
pero también eres ausencia y muerte,
Tú que viniendo a este mundo
moriste solo.
Y ahora eres también el LEJANO,
escondido en cada inmigrado
sin rostro.
Mientras todos apartamos la mirada
para que no nos corroa el corazón,
TÚ permaneces presente
en todos estos hermanos,
que nosotros excluimos.

- Ahora, todos éstos maltratados
son la sombra del Cristo-Ausente,
del Cristo que matamos
detrás de nuestras alambradas,
porque para Él no hay sitio
en nuestra sociedad;
del Cristo abandonado en el desierto,
que muere sin pan ni agua,
mientras nosotros
vivimos en el confort. -

Alineados a tu lado,
Señor, el día de estos hermanos
es noche oscura,
es un Silencio obstinado,
es una simple apariencia.

Pensando en éstos abandonados,
te pedimos, Senyor,
que llenes su AUSENCIA.

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"¿QUÉ HAS HECHO CON TU HERMANO?"

Cada día contemplo, Señor,
impunemente
como en muchas ciudades,
los soldados son obligados a matar
a sus semejantes
contra la propia conciencia,
porque a su espalda
hay intereses creados.

Me informo cómodamente
que un hermano blanco,
despreciando uno de color,
le niega a no sólo la convivencia
sino el derecho a ocupar un lugar
en la sociedad.
Porque el orgullo de la raza
todavía está presente.

Aprendo sin dolor
que miles de niños
son explotados sexualmente
porque se los mira
sólo como objeto de placer.
Y así les queda marcada
toda la existencia de después.

Oigo decir rutinariamente
que muchos adolescentes,
pagados como sicarios
por la guerrilla,
son instigados cruelmente al homicidio,
porque en su marginación
desconocen totalmente
la escala humana de valores.

Me doy cuenta sin rasgarme
interiormente,
que la vida de los ancianos
es segada con brutalidad
porque, mirando la utilidad,
estorban en este engranaje
hecho sólo para la eficacia.

Además de los millares que
mueren de hambre,
de la multitud engullida por el Sida,
de los millones que viven subdesarrollados,
de los desnudos que no tienen techo
en nuestras ciudades,
de los enfermos que tengo a mi alcance,
o de los que están en la prisión ...
¿qué hago para tantos y tantos hermanos
que urgentemente me necesitan?

¿Qué hago por todos aquéllos
que, como fruto
de esta mi sociedad
eminentemente egoísta,
no pueden vivir la vida
si no es a través de una forma
de muerte irresistible?
¿Por los que, de más lejos o más cerca,
están vertidos
a una vida hecha de MUERTE
¿y a una muerte que les es VIDA?

Dios mío,
mira mi impotencia,
te la doy con toda la estimación,
Y haz que todo este sufrimiento
irresistible,
pronto SEA TRANSFORMADO
en COMUNIÓN

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"MAGNÍFICAT CON EL MUNDO"

Mi alma magnifica al Señor
y lo magnifica por todo lo que hay de bueno
en el mundo.

Lo magnifica
Por los grandes avances de la ciencia
que han llevado al hombre hasta la
conquista del espacio y de la tecnología,
y por el pensamiento más delicado que sale del corazón
de cualquier persona honrada.

Lo magnifica
Por las grandes organizaciones
productoras de trabajo y de riqueza
en la humanidad,
y por la chispa más insignificante de amor gratuito que late
en el interior de los hombres santos.

Lo magnifica
Por la fuerza creadora
que Dios ha puesto en cada uno,
y porque somos capaces de acoger
a los más pequeños y marginados
con un amor sin fin.

Magnifica al Señor
porque todavía hay personas
que viven la Fe con profundidad,
y porque sin hacer ruido
la van transmitiendo
de generación en generación.

Magnifica al Señor
por todos los que aman de verdad
sin retroceder ante las dificultades,
y por los que con corazón bueno
perdonan las ofensas,
olvidan las agresividades,
y saben devolver bien por mal.

Magnifica al Señor
por las grandes oportunidades
que la vida hoy nos presenta:
con sus ritmos variados,
los espectáculos más inimaginables,
y con toda la belleza contenida en el arte.

Mi alma magnifica al Señor
por todo lo que hay de bueno
en cada persona que Él ha creado,
y lo magnifica en comunión
con toda la HUMANIDAD

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"YO SOY OBRA OBRA QUE HA QUEDADO EN SUSPENSO"

Señor, yo soy el incompleto,
una obra que ha quedado en suspenso.

Yo soy el incomprensible,
el insatisfecho,
el insaciable.
Soy uno abierto al otro.

Soy anhelo;
soy grito,
soy inquietud
- siempre en evolución -
Soy deseo.
soy búsqueda,
soy una flecha lanzada al infinito,
un andador que nunca ha llegado al término.

Yo no veo realidades
- todo lo que veo son apariencias -
no tengo poder,
ni conocimiento,
ni fuerza,
no tengo dominio de lo que me rodea.

Señor,
yo estoy INACABADO,
yo soy MISTERIO,

En Ti encuentro mi YO completo.

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"¿Por qué no nos vemos acra a cara?"

Dios,
Tú no careces de creación.

No eres un hacia allá inaccesible,
aliento etéreo
de todo aquello que no se siente ni se ve,
inefable misterio.

No careces de creación.
Coges barro
haciendo personas como para divertirte.
Extiendes la palma de la mano
para taparte la cara cuando no quieres que te contemplemos,
y haces caer fuego y azufre
cuando llamas a los hombres a arrepentirse.

Dios, Tú tienes una viña con lagares y vallas.
Tienes una tierra
que la reservas a quien quieres,
E incluso, todo el mundo lo sabe,
al llegar el término de la promesa,
por un don completamente gratuito,
de una familia de las nuestras
ha nacido tu Hijo.

Tu no careces de creación.
Por todas partes encontramos los rastros
de Alguien que pasa muy cerca,
igual a uno de casa,
hermano o vecino,
que quiere compartirlo todo con nosotros.

Si, pues, Dios, eres aquí
en todo momento,
si tienes nuestra cara y la nuestra voz,
si eres tan casero como te pensamos,
¿por qué no dejas que te veamos
de una vez?
¿Por qué no nos encontramos
HOY, cara a cara?