El monasterio llamado de Santa Escolástica es uno de los trece
monasterios fundados por S. Benito (480-547) en la región sublacense,
región que se extiende a lo largo del valle del Alto Aniene.
En el año 304 a C. esta región fue conquistada por los romanos, los
cuales para aprovechar el agua del río, construyeron acueductos. Más
tarde Nerón, hizo cerrar el valle por tres puntos, construyendo así tres
lagos artificiales. Se debe precisamente a estos tres lagos el nombre de
Subiaco (Sub-lacum). A ambos lados construyó los pabellones de su villa.
El emperador Trajano hizo construir otra villa suntuosa, cercana a la
meseta, de la cual sólo quedan ruinas.
Los emperadores que les siguieron no abandonaron las construcciones
existentes en la región, y así en la época de S. Benito la vía
Sublacense, las villas imperiales y los acueductos, estaban bien
conservados.
Cuando llegó S. Benito, la población era ya cristiana, con la Iglesia
parroquial de S. Lorenzo, cuyo párroco, llamado Florencio, tuvo un
triste papel en la vida del Santo.
Según S. Gregorio, no lejos de Subiaco había un monasterio, y, más
cercano al Sacro Speco, otro, gobernado por Adeodato y a cuya comunidad
pertenecía el monje Romano.
S. Benito era hijo de una familia acomodada de Nórcia. Fue a Roma a
cursar estudios, pero impresionado por la corrupción romana se refugió
en Affile. Mas, deseoso de mayor soledad, abandonó la nodriza, que le
había acompañado hasta allí, y se refugió en una cueva que el monje
Romano le indicó.
Permaneció en la cueva tres años, ignorado por todos a excepción de Dios
y del monje Romano, que cada día desde la cima de la pared rocosa,
mediante una cuerda, le bajaba parte de sus alimentos. La vida de Benito
en la cueva fue durísima y no le faltaron momentos de desánimo y de
tentación.
Pero al cabo de tres años su soledad empezó a disminuir, pues había sido
descubierto por unos pastores, y muy pronto numerosos discípulos
vinieron para ponerse bajo su dirección. Así se iniciaba el cenobitismo
benedictino.
El primer monasterio que construyó fue el de S. Clemente, pero con la
llegada de nuevos discípulos fundó otros doce monasterios más pequeños,
entre los cuales uno era dedicado al Papa S. Silvestre, el que
actualmente es el de Sta. Escolástica, el cual con el tiempo llegó a ser
el principal y, hasta el fin del s.XII, el único monasterio de Subiaco.
Pero la envidia fastidiosa y sin escrúpulos del párroco Florencio le
obligaron a emigrar y con un reducido número de discípulos se dirigió a
Cassino (a. 529).
En Cassino vivió unos 18 años, trabajó en la conversión de la población;
construyó en la cima de aquella montaña el cenobio, que sería célebre en
la historia y terminó la redacción definitiva de su Regla. Murió el 21
de marzo, probablemente en 547.
En el s.IX la región sublacense fue devastada por los Sarracenos. Los
daños fueron graves, pero los monjes pudieron regresar muy pronto a
Subiaco. Una nueva Iglesia fue construida por los Papas Gregorio IV y
León IV (847-855) A finales del s. IX el monasterio cambió el título de
S. Silvestre por el de S. Benito y Sta. Escolástica o simplemente S.
Benito.
A partir del s. X bajo el abadiato de León III (923-961) la abadía de
Srta. Escolástica empezó a recibir numerosos donativos, y el dominio
feudal sobre los territorios cercanos. El príncipe romano Alberico dotó
al monasterio con muchas propiedades, que fueron ampliadas por los Papas
de los ss. X-XI. A finales del s. X se construyo una nueva y grande
Iglesia románica que fue bendecida por el Papa Benedicto VII (980).
El abad Humberto (1050-1069) y el abad Juan V 81069-1121) hicieron
grandes trabajos en el Sacro Speco y en Sta. Escolástica pero, excepto
el campanario de ésta, no han llegado otras construcciones hasta
nuestros días.
Bajo el abad Juan (1090) el B. Palombo se retiró a vivir de manera
estable en el Sacro Speco, y a partir de él habitaron allí siempre dos o
cuatro monjes eremitas, asistidos por los monjes de Sta. Escolástica.
Finalmente, bajo el abad Romano (1192-1216) comenzó en el Sacro Speco la
vida monástica regular con un grupo de monjes, generalmente unos doce,
con un prepósito, dependiendo del abad de Sta. Escolástica. De este modo
comienza el período de los dos monasterios de Subiaco, con una única
comunidad. Para evitar confusiones el monasterio del Sacro Speco se
llamará de S. Benito y la Abadía, de Sta. Escolástica.
Después del abad Romano la vida de los dos monasterios continuó serena
bajo los abadiatos de Lando (1219-1243) y de Enrico (1245-1273). Además,
los Papas velaban con benevolencia Subiaco, en especial Inocencio III,
Gregorio IX, Alejandro IV. Todos ellos visitaban a menudo Subiaco y la
beneficiaban generosamente.
Después de tres años de interregno y de otras vicisitudes fue elegido
abad Bartolomé III (1363). El intentó rehacer la disciplina y el orden
monástico, pero como habían quedado pocos monjes fue admitiendo monjes
de otros lugares y de otras naciones, de tal manera que hasta a
principios del s. XVI, Subiaco era más bien una comunidad europea.
En el año 1456 los dos monasterios quedaron bajo la Encomienda. De este
modo el monasterio pierde los territorios de la Abadía y su poder
temporal, que pasan al Abad Comendatario. El primero fue Juan Torquemada,
después fue elegido Rodrigo Borgia (1471-1492) Más tarde la Encomienda
pasó a los Colonna, a los Borghese y finalmenmte a los Barberini. Bajo
los Barberini (1638-1639) las abadías de Subiaco pasaron a ser “Abadía
nullius”, es decir, no perteneciente a ninguna diócesis, y el abad
comendatario adquirió ancha jurisdicción sobre la Abadía. En el año 1753
quedó solamente esta jurisdicción espiritual y el poder temporal pasó
directamente al gobierno pontificio.
En el año 1514 los monasterios sublacenses entraron a formar parte de la
Congregación Cassinense. Desde este momento, el abad Claustral –distinto
del abad Comendatario – fue temporal y elegido no por los monjes, sino
por el capítulo general de la Congregación.
Entre los años 1516-1849 se sucedieron 129 abades, algunos gobernaron
Subiaco varias veces. De 1739-1853, la comunidad del Sacro Speco era
distinta de la de Sta. Escolástica.
En 1773 fue nombrado abad Comendatario el cardenal Angelo Braschi, el
futuro Pio VI, que como Papa quiso retener la Encomienda de Subiaco,
como había hecho Pablo II y como lo harán Pio IX y S. Pio X.
Pasan algunos años, movidos y turbulentos, hasta el año 1849, en que el
Papa Pio IX llamó a Subiaco al abad Francisco Casaretto con algunos
monjes de la Liguria. Bajo este abadiato el monasterio sublacense empezó
una nueva vida más rigurosa y comunitaria.
Poco a poco el movimiento de Casaretto se extendió por otros monasterios
italianos y extranjeros. En 1853 el Sacro Speco se reunió de nuevo a Sta.
Escolástica.
En 1872 Subiaco se convirtió en centro y cabeza de una nueva
Congregación monástica internacional : Congregación “Sublacense”,
separada definitivamente de la Cassinense.
Después de una serie de acontecimientos no muy agradables, en 1897
aumentaron las vocaciones y a finales de 1909, el abad de Subiaco era el
Abad general de la Congregación Sublacense. A partir de este año Subiaco
tuvo su propio Abad: el primero fue Simón Salvi.
El último Abad Comendatario fue el Papa Pio X, que gobernó por medio de
un Delegado pontificio desde 1906. El Papa Benito XV abolió la
Encomienda y confió el gobierno de la Abadía al Abad del Monasterio, el
cual tenía además la jurisdicción episcopal sobre los pueblos de la
“abadía nullius”
Entre los últimos Abades se encuentran Estanislao Andreotti , que estuvo
al frente de Sta. Escolástica desde 1974 a 1995, y Mauro Meacci, elegido
a la muerte de aquel.
Actualmente, después de otras vicisitudes, esperamos que con la
reconstrucción del monasterio se restablezca la vida monástica y vuelva
a ser
CASA DE DIOS Y LUGAR DE PLEGARIA Y DE PAZ
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