EL ESPÍRITU SANTO
SÓLO CONOCEMOS A DIOS POR
EL ESPÍRITU SANTO
El staret vuelve
constantemente sobre los mismos temas:
. Sólo conocemos a Dios por el Espíritu Santo.
. Dios ama a los hombres con un amor infinito, lo sabemos por el Espíritu
Santo.
. El Espíritu Santo es sobriedad, dulzura, humildad, y trae paz, compasión,
y amor a los enemigos.
. Aquél que en el fondo de su ser vive estos pocos pensamientos, ve
a través de ellos, el UNIVERSO entero.
EL ESPÍRITU es la VIDA
En la alternancia
del pecado y la gracia, el hombre llega a la convicción de que él no tiene
la vida en él mismo, sino que el ESPÍRITU Santo es la VIDA. Sólo
cuando el hombre es favorecido con la venida del Espíritu Santo, comunica
a los otros la VIDA ETERNA, que es Dios mismo, con una LIBERTAD que la
palabra humana se impotente de describir.
¿Quién ES SANTO?
No es en absoluto "santo" aquél que ha conseguido un grado muy elevado en
la moral humana, o en una vida ascética, o de plegaria, sino aquél que se
condena él mismo por DON del Espíritu Santo que vive en él.
SALVAR a todos los HOMBRES
Nadie puede salvar los
otros sino por el AMOR. Y el amor quiere ir hasta el final. Es por
eso que abraza a todos los hombres de todos los tiempos, o
sea el Adán TOTAL. Una vez preguntamos al Starets cómo podríamos
encontrar un amor TAN GRANDE. Y nos dijo: es normal que nos amemos
porque todos tenemos la misma naturaleza. Y la FUERZA para amar nos la
dará el Espíritu Santo.
La COMUNIÓN del ESPÍRITU
Quien ama a Dios, es insertado en la vida divina. Quien ama al
hermano es insertado en la vida del hermano. Quien ama el mundo entero
entra en COMUNIÓN con toda la humanidad. Hay que hablar de una
comunión ontológica, allí donde actúa la gracia del ESPÍRITU Santo,
creador de todas las cosas.
La LIBERTAD
Los hombres buscan la libertad en la "nada", y la libertad sólo existe en
Dios, o sea donde hay VIDA verdadera. El hombre se hace libre
cuándo tiene el ESPÍRITU SANTO. Todo hombre que se da al pecado queda
esclavo de él, mientras que "allí donde está el Espíritu, está la
liberación" (2Cor 3, 17)
LA DEIFICACIÓN
Nuestra DEIFICACIÓN
Nuestra deificación empieza AHORA, y se manifiesta en el acto de
la Encarnación: "venida - muerte - descenso al infierno" de Jesús. Es,
pues, por este camino que nos convertimos en semejantes a Dios, en
Cristo, por toda la ETERNIDAD. Es un camino que une la máxima "felicidad"
y el máximo "sufrimiento", de forma MAJESTUOSA.
La PALABRA de DIOS
La Palabra de Dios no se dirige a nuestra inteligencia, sino a lo más
profundo de nosotros mismos. Aquél que le abre el corazón hasta
su última profundidad, se convierte en "divinizado". Eso no
lo podemos en absoluto explicar a aquéllos que no han hecho ésta
experiencia.
La DEIFICACIÓN del HOMBRE
No es en absoluto para vivir la vida del hombre que Dios ha creado el
mundo, sino para que el hombre viva la vida de Dios. Así cuando el
hombre no llega a la DEIFICACIÓN (irrealizable sin la ayuda de Dios) el
sentido de su existencia desaparece. En la deificación, el hombre se
convierte en plenamente realista, porque lo ve todo con los ojos de
Dios.
EL AMOR
Los DOS AMORES
Quien no conoce el amor perfecto se siente dividido por dos amores: cuando
ama a Dios, se aleja de los hombres llevado por un egoísmo espiritual.
Cuando ama a los hombres se aleja de Dios, como cosa inútil. El Starets
fundía los DOS AMORES en una unidad, pero con diversas "manifestaciones":
GLORIOSO para Dios, y CRUCIFICADO para los demás.
La ACTITUD con el PRÓJIMO
La actitud que tenemos hacia nuestro prójimo es el indicio seguro
del grado de conocimiento que tenemos de DIOS y de nosotros mismos.
Todo el mundo tiene un valor precioso delante de Dios, y una
gran DIGNIDAD. Por eso no nos tenemos que permitir nunca tener contra
alguien un pensamiento amargo, ni herirlo. Pues todos somos HIJOS de DIOS.
AMOR a los PECADORES
En los ojos del Starets Silvano este criterio del amor a los pecadores
tenía una importancia DECISIVA. Decía: El Señor es Misericordioso y
compasivo con TODO EL MUNDO. Tiene piedad de los PECADORES como una
MADRE de sus hijitos, aunque vayan por mal camino. Allí, pues, donde
no hay amor a los pecadores, el Espíritu Santo está AUSENTE
ESCLAVOS de los HERMANOS
Los hay que tienen miedo de amar a los hermanos, pensando que ellos
se aprovecharán de su "debilidad". Pero esta "debilidad" es falsa.
Por este camino los SANTOS haciéndose "esclavos" de los hermanos, se
llevan una VICTORIA que permanece por los siglos.
LAS
CARGAS
de los OTROS
Los que seguimos a Cristo, nos tenemos que convertir en semejantes a Él,
tomando sobre nuestros hombros las cargas, o las enfermedades de
los otros. El cristiano tiene que estar al lado de Aquél que "se ha
cargado con el PECADO del MUNDO".
EL AMOR CRUCIFICADO
En la base del
cristianismo está "el amor crucificado" de Cristo. Un amor lleno de
COMPASIÓN hacia el prójimo, que "martiriza" al cristiano. Porque si antes
no HEMOS ROTO el propio pecado, serían los otros los que se
cargarían con nuestras faltas.
El PODER del AMOR
El infierno no es el lugar donde hay los pecadores sino el "estado
espiritual" de la criatura que se aleja del AMOR de Dios. El
poder del amor es de cambiar el camino de la muerte por el camino de
la vida. Pues también nosotros tenemos que pasar, como el Señor,
por la CRUCIFIXIÓN, para llegar, por el camino del AMOR hasta ser "hijos
de la resurrección".
BEBER el CÁLIZ
Amar con el amor de Cristo significa "beber el cáliz" de la pasión de
Cristo. Porque todo amor según el mandamiento de Cristo, pasa por la
encrucijada de la prueba. No es sino por la PRUEBA, que el amor
recibe un valor de eternidad.
EL SEGUNDO MANDAMIENTO
Si después de un estado de contemplación, no se siente amor hacia los "enemigos",
o queda en el alma un sentimiento de orgullo o autosuficiencia, hay que
creer que ha sido una contemplación FALSA. El amor a los "enemigos" nos
dice en qué medida vivimos en Dios.
PAZ en el CUERPO
Para tener PAZ: hay que amar a todos los hombres sin hacer
diferencias, y hay que estar siempre preparado para morir. Entonces
la paz no solamente inundará el alma, sino también el CUERPO.
EL AMOR AUTÉNTICO
Es asumiendo la falta del otro que se revela la autenticidad del
amor. ¿Dónde sería el amor si sólo quisiéramos el lado agradable? Cuando
se toma libremente sobre uno mismo la falta y las penas del otro,
entonces
se AMA verdaderamente.
El AMOR a los ENEMIGOS
El amor a los "enemigos"
(a los que no nos demuestran simpatía) es la señal que estamos en COMUNIÓN
con Dios. El Amor a todos los hombres, tanto a los que hacen el
bien, como a los que nos hacen daño, es el que nos hace parecidos a Cristo,
que ha extendido sus brazos en la Cruz para REUNIRNOS a todos.
El ir más allá de la simpatía, nos lleva a la plenitud de la existencia.
LA OBEDIENCIA
PEDIR la OBEDIENCIA
Es tan grande la "ciencia"
de la obediencia, que TENEMOS QUE ROGAR MUCHO a fin de que nuestros
"ojos espirituales" se abran, y puedan ver la importancia que tiene
para nuestra santidad.
FRUTOS de la OBEDIENCIA
Sin la obediencia nos quedamos inevitablemente en un círculo cerrado,
siempre miserable, ante la ETERNIDAD. Sea cuál sea el grado de educación
de una persona, sin obediencia evangélica el acceso a su mundo interior
está cerrado, y el amor de Cristo no puede en absoluto penetrar.
La OBEDIENCIA al HERMANO
¿Si no somos humildes y obedientes delante del hermano, como lo seremos
delante de Dios? ¿Cómo seremos dóciles a su voluntad eterna? La ascesis de
la obediencia nos es indispensable no solamente en referencia a
Dios, sino en referencia al hermano. Pues la CRUCIFICANTE ascesis de la
obediencia, afina en nosotros la capacidad de percibir más
profundamente la voluntad de Dios.
El PODER de la IMAGINACIÓN
El creyente humilde y simple se libera del poder de la
imaginación irreal y de las "elevaciones desencarnadas", por el deseo
de vivir según la voluntad de Dios. Eso es a la vez tan simple
y tan escondido a los ojos de los "sabios", que se imposible comunicarlo
con palabras.
Las TINIEBLAS EXTERIORES
Para vivir según la
voluntad de Dios y no siguiendo el propio deseo, hace falta la
renuncia a la voluntad propia y a la imaginación, que son incapaces de
producir del nada una existencia real. La propia voluntad y
la imaginación son más bien tinieblas exteriores.
Las ETAPAS de la OBEDIENCIA
Al principio la obediencia es un acto de abandono pasivo. En una
forma mas perfecta la obediencia es una actividad positiva que
quiere acoger la voluntad del otro. Entonces el corazón SE ABRE y se
enriquece. Pero en un estadio todavía más perfecto la obediencia nos lleva
a percibir con fineza en el otro, la imagen de Dios, cosa que
supone un grado muy alto de madurez.
SIEMPRE DULCE
Cuando Silvano hablaba de Dios era atrevido, audaz, como si
no tuviera temor de Dios. Nosotros le decíamos: "calla!" Y él, siempre
dulce, callaba. Nosotros sabemos que los que caen en la "ilusión
espiritual" son desobedientes y se enfadan cuando alguien los
contradice. El Starets NO LO HACIA NUNVA.
LA PLEGARIA
El FIN ÚLTIMO es la PLEGARIA
La esencia de la plegaria no se encuentra en la reclusión del desierto,
sino en el permanecer constantemente en Dios, haciendo su voluntad allí
donde estemos. Sea cuál sea la forma de vida que llevamos, y el lugar
donde vivimos, la PLEGARIA permanece siempre el fin último de
nuestra vida.
La LUCHA contra las PASIONES
El camino de la plegaria empieza por la lucha contra las pasiones,
en la que el espíritu se vuelve estable por la plegaria, y
el corazón ve las realidades con una CLARIDAD que toca la certeza.
Entonces el espíritu empieza a callar. Y este SILENCIO del corazón
nos pone en el umbral de la contemplación, a la cual TODOS somos
llamados.
VENCER el ORGULLO
La más profunda y dolorosa de todas las luchas es la lucha contra el
orgullo que vuelve ciego al monje para ver todo aquello que lo
supera. Para vencerlo hay que evitar instalarse en el interior de
nuestras PRETENSIONES, y en silencio, sin ser visto por nadie,
rogar a Dios, derramando lágrimas de compunción.
La CONTEMPLACIÓN
¿Cuál es la
garantía de nuestra contemplación? ¿Cómo saber que no caemos en la
imaginación? El bienaventurado Silvano afirmaba categóricamente que
el solo criterio es el amor a los enemigos. Allí donde está el
Espíritu reina infaliblemente el HUMILDE AMOR a los ENEMIGOS, y la
plegaria por todo el MUNDO.
Las PRUEBAS
Dios no es siempre fácil para el hombre. En periodos prolongados
uno puede sentir como si la gracia lo hubiera abandonado. Entonces desde
las TINIEBLAS se gira hacia Dios con una verdadera plegaria.
Después de haber pasado ésta "dura prueba", comprende que "NADA lo
puede separar del amor de Dios".
La MENTIRA de la VIDA
Cuando el hombre ruega, llega a la paz profunda. Pero sabe que si
hoy ha dicho "jamás", mañana se hará atrás, experimentando la MENTIRA de
su vida. Entonces, poco a poco, su plegaria lo va llevando a la Verdad
de Dios, a la cual se llega con la "muerte".
La VIDA EVANGÉLICA
El staret era un testimonio viviente de como el conocimiento de las
verdades espirituales más elevadas, se obtienen viviendo una vida
evangélica y no por la erudición. Su conocimiento no era abstracto sino
VITAL, y era el fruto de su ascesis en la plegaria.
EL RECHAZO DE LA
MUERTE
El rechazo a aceptar la absurdidad de la muerte, como un retorno a la
"nada", nos mueve a buscar en las Escrituras, palabras de Vida ETERNA.
Pero ninguna palabra, ningún libro, ningún pensamiento, es suficiente para
convencernos. Sólo la PLEGARIA nos conduce a la certeza que Dios,
nos ha admitido a su ETERNIDAD.
LA PLEGARIA y el TIEMPO
La plegaria nos hace entrar en la ETERNIDAD, más allá del tiempo. Entonces
entendemos que "para Dios 1.000 años es como un día"
(2Pe 3,8). Que "ya tocamos el fin de los siglos" (1Cor 10,11), y
que "Él nos ha escogido antes de la creación del mundo" (Ef 1, 4)...
Es
que para los cristianos EL TIEMPO YA HA LLEGADO al fin, y "ven la
llegada del Reino, antes de saborear la muerte" (Mc 9, 1).
CREAR NUESTRA PLEGARIA
La plegaria es la creación suprema del hombre. Hay tantos modos de
plegaria como actitudes interiores de la persona. La pérdida del espíritu
de plegaria es un perjuicio que NADA puede compensar. Lo esencial de la
vida es guardar el corazón puro con el fin de poder ROGAR.
La VIDA ESPIRITUAL
EL RECHAZO de TODO EL MUNDO
El cristiano es un ser completamente sin defensa. Está bajo los golpes de
todos y de cada uno. Es el esclavo de todos y como "el rechazo de todo
el mundo" (1Cor 4, 13) y al mismo tiempo él, y sólo él, es
LIBRE, en el sentido más profundo de la palabra.
La LIBERTAD de los HIJOS
El hombre se justifica y se excusa porque no se quiere COMPROMETER. Se
justifica porque no es consciente de la libertad que Dios le ha
dado. La justificación es una actitud servil. Por eso quererse
justificar es propio de un esclavo que no comprende la libertad
de los hijos de Dios.
El Espíritu de AMOR y el espíritu
de ORGULLO
El Espíritu Santo
es amor y paz con Dios y con el prójimo. El espíritu
de ilusión, o de orgullo, no hace crecer a nadie, ya que no HA CREADO
nada. Sólo puede producir la ansiosa locura de la VANIDAD, y
conduce a una fría indiferencia. EL ESPÍRITU SANTO es amor, y da al alma
la fuerza para amar a TODO EL MUNDO, incluso a los enemigos. Quien no
tiene amor a los enemigos todavía no ha conocido a Dios.
FIARSE de DIOS
El asceta no se fía de él mismo, sino que cree que Dios lo puede
TODO. La medida infalible es la doctrina de Cristo, que es la
fuente de VIDA DIVINA. Esta FE lo lleva a someter todos sus juicios, al
solo juicio ÚLTIMO. Porque todo acto, por pequeño que sea,
comparece cada día ante la PALABRA de CRISTO.
El CONOCIMIENTO
ESPIRITUAL
Llegar al "conocimiento espiritual" es una cosa muy lenta, y hay que dejar
pasar muchos años. No es posible adquirirlo sin la venida de
Dios. Cuando Dios descansa en una persona, ella vive en Dios con
una certeza que no se puede explicar con palabras. Delante de este Dios
más grande que sus palabras, ella resto SILENCIOSA en un bienaventurado
reposo.
EL DIOS PERSONAL
Cuando el Dios personal se revela al hombre, éste toma conciencia
de su propio carácter personal, en el cual se refleja la "imagen de
Dios". Entonces se le da la experiencia de su individualidad, en un
verdadero NACIMIENTO de ARRIBA.
La COMUNIÓN con DIOS
La verdadera vida espiritual no se sitúa en el plan de la
imaginación, sino que es CONCRETA y POSITIVA. Es una comunión con Dios por
una plegaria personal. La percepción de un Dios personal purifica
la imaginación y las especulaciones abstractas, y nos hace penetrar en una
COMUNIÓN viviente e íntima.
PRESENTIR la Vida ETERNA
El que todavía no presiente la vida ETERNA no tiene un Amor
perfecto y puede ofender a su hermano. Cuando Silvano presintió la "VIDA
en CRISTO" descubrió la SEMBLANZA escondida que todo el mundo tiene
con Dios. Entonces su AMOR a los hermanos fue "perfecto".
VIVIR en la GRACIA
Aquél que vive en la gracia, ve la gracia en los otros. La actitud de una
persona hacia su prójimo, denota la medida de la gracia que él tiene. Si
ve en su hermano la presencia del ESPÍRITU SANTO quiere decir que él
lo tiene en su corazón.
MORIR EN CRISTIANO
No se puede vivir "en cristiano", sino sólo morir en
cristiano. Ya que mientras vivimos en este mundo la "carne" no nos permite
permanecer ininterrumpidamente en Dios, "aquél que ama nuestra alma". No
se llega a la perfección sino por el gran misterio de la muerte,
que pone la "señal" de la vida eterna, sobre el camino de la persona
humana.
EL CONOCIMIENTO espiritual
Hay un camino que lleva al conocimiento espiritual, y que consiste en
entrar dentro de uno mismo para encontrar a Dios y a los HERMANOS.
Entonces, integrado en Dios, el monje ve TODO EL UNIVERSO. El Starets
Silvano, libre de toda vana curiosidad y de todo aferramiento pasional,
estaba continuamente ocupado por DIOS y por los demás.
La
PROPIA RESURRECCIÓN
La FE es lo que nos
salva. Por la Fe en la misericordia de Dios, el hombre vive su
propia resurrección. A pesar de todo, la mayoría de cristianos no han
vivido nunca esta "propia resurrección" pero ellos creen, y esta Fe
también los salva. Hora vendrá que esta FE hará salir al hombre de las
tinieblas para llevarlo a los vastos espacios de la VIDA ETERNA.
La PROVIDENCIA
La vida espiritual
al principio es fácil pero después es puesta a prueba duramente. La
actitud de los demás, las enfermedades, las circunstancias, todo se gira
en contra de él. Sólo lo sostiene la fidelidad y la confianza
en Dios. No será hasta después de que la "prueba" haya pasado que
comprenderá la inefable PROVIDENCIA de Dios que siempre nos guarda.
EL INFIERNO
Estas
reflexiones sobre el infierno de Silvano nos sorprenden. Para captar su
pensamiento hay que leer completa su obra. Puede ser más entenedor saber
que Silvano, antes de entrar en el monasterio fue un adúltero, y durante
el resto de su vida tiene remordimientos. Un día, dice que oyó la voz de
Dios que le decía: "permanece en el infierno y quédate en paz". Como
queriendo decir que aunque piense que merece el infierno, Dios está allí
con él. Quizás lo podríamos comparar con Teresa de Lisieux que decía: "querría
estar en el infierno a fin de que también allí alguien alabara a Dios".
Quien sabe si necessitaríamos experimentar una CONFIANZA ABSOLUTA, en
Aquél que sabemos nos ama.
Las TRES LUCHAS
El monje vive tres luchas: la 1ª contra las pasiones de la carne, la 2ª
contra la irascibilidad, y la 3ª contra el orgullo. Este último combate es
el más penoso y dura toda la vida. Sólo es "condenándose a si mismo al
infierno", que el corazón deviene libre para recibir el AMOR de
Dios, que hace estancia en los HUMILDES.
La BAJADA al
INFIERNO
Condenándose uno
mismo, y ahogando con los sufrimientos toda pasión, el hombre libera su
corazón con el fin de recibir el AMOR divino. Y es solamente cuando
este amor lo haya llenado plenamente, que el "descenso" con Cristo
al infierno será revelado. Pues Dios lo abraza todo, el
infierno comprendido. Fuera de esta experiencia de "bajada al infierno",
es imposible conocer el amor de Cristo, su GÓLGOTA, y su RESURRECCIÓN.
TODOS los HOMBRES SON BUENOS
"Mantener el espíritu en el infierno y no desesperar", es la experiencia
de todos los Padres del desierto. Un día S. Antonio oyó a un
campesino que decía: "yo pienso que todos los hombres son buenos y
que sólo yo merezco el infierno", y comprendió que aquí estaba la
perfección. Él, y todos los Padres han querido llegar a
aquí, con todas sus fuerzas.
EL MUNDO
La PLEGARIA por el MUNDO ENTERO
El staret sentía que la plegaria por el mundo entero era la VIDA
ETERNA. Experimentaba que era como la acción divina en el alma de
la persona, DON de la gracia increada, a través del Espíritu Santo. Él
creía que el mundo "continua existiendo", gracias a este DON.
Los SANTOS
Decía: los SANTOS son "la sal de la tierra", el fruto maduro,
gracias al cual la tierra ES SALVADA. Cada Santo constituye el tesoro
precioso y ETERNO del Mundo ENTERO. Pero mientras tanto el mundo
prefiere ignorarlos, y a menudo mata a sus profetas.
EL GRAN AMOR de DIOS
El staret concebía la vida terrenal de Cristo como amor al mundo entero.
La verdadera fe no nos viene del estudio de las religiones, sino de
rogar con HUMILDAD para que el Señor nos dé el amor de Cristo por el
mundo entero. Entonces el Señor nos hará conocer el GRAN AMOR con que
Dios ama a la Humanidad.
El ODIO contra el PECADO.
Para permanecer en Dios es indispensable que el "odio" llegue a la
cumbre de la intensidad. Pero que vaya dirigido contra el pecado que
vive en mí, contra el mal que actúa en Mí, no en mi hermano.
PLEGARIA por el MUNDO
Habiendo roto con el "mundo", el monje lo reencuentra dentro de él mismo,
pero de una manera nueva: en una unión de amor por toda la eternidad.
Por la PLEGARIA integra en su propia vida, TODOS los SERES de todos
los lugares y de todos los tiempos. En lo profundo de su corazón, vive la
historia del mundo como propia.
EL MONJE y el MUNDO
El monje "deja" el mundo para encontrar a Dios. Entra en su corazón
y lo purifica de todo egoísmo "mundano". Entonces, en lo profundo de su
corazón purificado, encuentra el MUNDO ENTERO. Ya nada le es "forastero"
o exterior.
LLORANDO
El staret tenía plena conciencia que nuestra plegaria tiene una sola
finalidad: que todos los hombres sean salvados. Un día vimos el
starets LLORANDO, mientras pedía misericordia por todos los pueblos
de la tierra.
AL FINAL de la VIDA
Al final de su vida el staret retornaba constantemente sobre estos dos
temas:
. Todos somos una sola familia
. Roguemos para TODOS.
Y él estaba constantemente absorbido por la PLEGARIA por el
MUNDO.
LA SABIDURÍA
EL AMOR COMPASIVO
Por sabio que sea un hombre, si no ama con amor compasivo a todo
ser humano, no CONOCE a Dios. Quien tiene este amor, vive en la Trinidad,
y comunica la vida eterna. En el Espíritu Santo, conoce al Padre y
al Hijo, y es "dios" por gracia. Por simple, pobre, e ignorante que sea,
tiene la última síntesis de toda la TEOLOGÍA.
La ÚLTIMA PALABRA
El mundo está lleno de riqueza, y de sabiduría en obras de arte,
bibliotecas y estudios, pero el staret se paraba en un solo punto:
el amor humilde a TODOS los HOMBRES. Decía: "eso lo es TODO".
UNA COSA IMPORTANTE
Un día, entusiasmado con las obras de teología dije al starets: ¡"qué
tristeza no tener fuerzas, ni tiempo, para estudiar todas estas obras"! Él
me respondió: a mi entender hay una sola cosa importante: devenir
humilde. Quien es humilde y ruega, sabe la teología de Dios.
LA HUMILDAD
Hasta el ÚLTIMO PELDAÑO
La vida cristiana es contraria al despliegue ordinario de la vida humana,
y a su escalera de valores. El cristiano que en su corazón se humilla
hasta el último peldaño, "más abajo que toda criatura", por esta
HUMILDAD se levanta hacia Dios, más arriba de lo que es propio de
las criaturas.
SÓLO HAY QUE APRENDER LA HUMILDAD
¡Oh, que débil es mi espíritu!, decía. Una ligera ventolera es suficiente
para extinguirlo. Por amor del Señor los santos soportan grandes cosas y
hacen milagros. Pero yo sólo es la HUMILDAD lo que quiero aprender, con el
fin de no herir nunca a nadie y rogar por TODO EL MUNDO.
ETAPAS de la VIDA espiritual
Según el staret son 3: La 1ª es la recepción de la gracia que Dios da a
todo el mundo. La 2ª es la pérdida de la gracia. Nadie lo ha
sabido guardar. La 3ª es recuperar la gracia por la ascesis de la
humildad. En esta tercera etapa son raros los que llegan, pero
sólo son éstos los que tienen una VERDADERA vida ESPIRITUAL.
NADIE LO CONOCÍA
Nosotros pensamos
del staret que trabajaba y vivía entre los hombres como el más simple
de los hombres, pero nadie, si no es Dios, lo conocía.
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